La guía de Práctica Clínica de Prodigy de Rinitis Alérgica 1 del 2003, en el apartado de tratamiento de la gestante, indica: "En general, los fármacos sistémicos para la rinitis alérgica no están recomendados durante el embarazo" . En cuanto a los antihistamínicos, "la mayoría son probablemente seguros, pero presentan un daño potencial, ya que los estudios prospectivos tienen sus limitaciones y muchos cruzan la barrera placentaria. Los antihistáminicos orales no están recomendados de forma rutinaria, pero pueden ser utilizados si es necesario. Los antihistamínicos más antiguos, tal como la clorfeniramina, son los recomendados habitualmente dado el período de tiempo más prolongado desde su comercialización. Evidencias limitadas sugieren que Cetirizina y Loratadina son seguros." Otra Guía publicada en 2003 de la ACAAI-ACOG (American College of Allergy, Asthma, and Immunology and American College of Obstetricians and Gynecologists)2 coincide en las mismas recomendaciones: si es necesario un antihistamínico oral, iniciar tratamiento con los de primera generación(clorfeniramina) y reservar loratadina o cetirizina en caso de no tolerar el primero. Dos estudios recientes de seguimientos de gestantes que tomaron loratadina en el primer trimestre, uno con 210 casos 3 y otro con 161 4 no mostraron efectos teratógenos. Una revisión posterior a la fecha de publicación de las guías 5no modifica estas recomendaciones. De entrada recomienda para el control de los síntomas tratamiento tópico con cromolin sódico. Si no controla los síntomas o no es tolerado, emplear antihistamínicos orales de primera generación (clorfeniramina) o de segunda (cetirizina o loratadina). Hay realizada una revisión sistemática de la Cochrane 6del empleo de los antihistamínicos en el prurito del final del embarazo. No informa de la existencia de efectos indeseables en el feto; aunque sólo incluyó un estudio con 38 gestantes.
La FDA clasifica, en cuanto los efectos teratógenos a la Clorfeniramina, Cetirizina y Loratadina como B7.( La categoría A indica que estudios realizados en mujeres gestantes adecuados y bien controlados, no han mostrado un incremento del riesgo de anormalidades en el feto en cualquier trimestre del embarazo. La B, que los estudios realizados en animales han mostrado que no hay evidencia de daño en el feto, sin embargo no hay estudios adecuados y bien controlados realizados en mujeres gestantes o que estudios en animales han mostrado un efecto adverso, pero que estudios adecuados y controlados correctamente han fallado en demostrar un riesgo en el feto durante cualquier trimestre).