En series de pacientes tras una angioplastia coronaria percutánea 1,2,3 la presencia de un ritmo idioventricular acelerado en las horas posteriores a la intervención, oscila entre un 15% y un 52%. Aunque algunos estudios señalaban la presencia de un RIVA posterior a la angioplastia como un signo predictor de un buen resultado clínico 2 este dato no ha sido comprobado posteriormente 3,4 .
La Guía de Práctica Clínica para el tratamiento del Infarto de miocardio con elevación de ST de la Asociación Américana de Cardiología publicada en el 20045 no recomienda tratar estos episodios, que en su mayoría son transitorios. Si el RIVA es un ritmo de escape, la supresión del foco puede provocar una asistolia .(Grado de Recomendación C: basada en consenso de expertos, estudios de casos o “estándares de cuidados”).
Un ensayo clínico , con una muestra pequeña (42 casos) y no randomizado 6, mostró una reducción de la presencia de RIVA, al tratar con Dipiridamol administrado 3 minutos previos a la angioplastia.A su vez se mostró eficaz en modificar la arritmia cuando esta aparecía.
Una revisión retrospectiva de 390 pacientes 7informa de resultados positivos al utilizar Verapamilo ante arritmias ventriculares excepto para la Fibrilación Ventricular, en el momento de la angioplaastia. Describe efectos secundarios como hipotensión y bradicardia.