La oxigenoterapia puede ser suministrada de diferentes formas según las necesidades de la persona:
- Por sistemas de bajo flujo, los más utilizados son la cánula nasal o gafas nasales (que suministran oxígeno [O2] entre el 24% y 36%), la mascarilla simple (40%-60%) y la mascarilla con reservorio, con reinhalación (50-70%) o sin reinhalación (60-100%).
- Los sistemas de alto flujo más comunes son la mascarilla con sistema Venturi (24%- 50%) y cánulas nasales con alto flujo.
Según las referencias localizadas, en un individuo que mantiene una respiración espontánea y oxigenoterapia suministrada con sistema de bajo flujo, parece no ser necesario humidificar el O2, al igual que cuando es por corto periodo de tiempo < a 24h, aunque el suministro sea por medio del sistema de alto flujo. No obstante, siempre hay que tener en cuenta las características de la persona y posibles beneficios individuales.
Se ha localizado una Guía de Práctica Clínica (GPC) de la "British Thoracic Society" (BTS)(1) acerca del uso de O2 en adultos en entornos sanitarios y de emergencia. En cuanto a la humidificación recomienda:
- No es necesaria la humidificación para el suministro de O2 de bajo flujo (mascarilla o cánulas nasales) o para el uso a corto plazo de O2 de alto flujo. En espera de ensayos clínicos, es razonable utilizar O2 humidificado para pacientes que requieren sistemas de O2 de alto flujo durante más de 24 horas o que informan molestias en las vías respiratorias superiores debido a la sequedad (grado D).
- En la situación de emergencia, el uso de O2 humidificado puede limitarse a pacientes con traqueotomía o una vía aérea artificial, aunque estos pacientes pueden manejarse sin humidificación por períodos cortos de tiempo (por ejemplo, viajes en ambulancia) (grado D).
- La humidificación también puede ser beneficiosa para pacientes con secreciones viscosas que causan dificultad con la expectoración. Este beneficio se puede lograr usando solución salina normal nebulizada (grado D).
- Las botellas de burbujas que permiten que una corriente de O2 burbujee a través de un recipiente de agua no deben usarse porque no hay evidencia de un beneficio clínicamente significativo, pero existe un riesgo de infección (grado D).
Esta información es la misma que nos aporta la GPC de la "American Association for Respiratory Care" (AARC) (2) sobre terapia en el hogar o en un centro de atención sanitaria alternativo, donde expresa que el O2 suministrado a los adultos por las cánulas nasales a flujos ≤ a 4 L / min no necesita ser humidificado.
La GPC de la "American Thoracic Society"(3) de terapia de O2 en el hogar para niños, de reciente publicación, indica que la humectación de los circuitos de O2 debe proporcionarse para caudales superiores a 1 L / min y puede lograrse a través de burbujas frías o dispositivos de humidificación calentados. Esta GPC, refiere que no se ha establecido claramente un beneficio para la humidificación de la terapia de bajo flujo (1L / min). Añade que la adición de humidificación (u otras modificaciones al circuito original) puede alterar la administración del flujo y que el O2 doméstico se administra típicamente a través de la cánula nasal en la población pediátrica.
Un sumario de evidencia(4) que trata acerca de la terapia con O2 suplementario a largo plazo; se basa en las recomendaciones de otra GPC de la BTS (5) sobre el uso de O2 en el hogar, en adultos, en la que recomienda que no se debería ordenar la humidificación del O2 en el hogar para pacientes sin traqueotomía. (Grado D), basándose en que no hay evidencia de beneficio para el paciente con el uso de O2 humidificado. (Nivel de evidencia 3).
Por último, un protocolo, del Hospital Gregorio Marañón 6), acerca de la administración de O2, apunta que no es necesario utilizar humidificador en cánulas nasales con flujos menores a 4 l/min, a menos que el paciente refiera o se observen signos de sequedad y/o irritación nasal; ya que el O2 seco puede absorber humedad del aire circundante en el camino de la sonda de salida al orificio de la nariz. Además los humidificadores suponen un riesgo de infección nosocomial. Los sistemas de alto flujo de O2, administrado durante más de 24 horas requieren humidificador, para aumentar el confort del paciente, la humedad y la fluidificación de las secreciones.