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Vacunación frente a VPH en grupos de riesgo - FAQ para profesionales
El virus del papiloma humano (VPH) es transmitido, tanto por hombres como por mujeres, principalmente por contacto sexual, tratándose de una de las enfermedades de transmisión sexual más frecuentes: se estima que aproximadamente el 80 % de las personas sexualmente activas contraerán este virus en algún momento de su vida. La mayor parte de las infecciones por VPH son asintomáticas (en el caso de los genotipos oncogénicos pueden serlo durante, al menos, 10-15 años), por lo que la transmisión ocurre de forma inadvertida.
La mayoría de las personas no vacunadas contraen el virus poco después del inicio de las relaciones sexuales. Además, no es necesaria la penetración para que tenga lugar el contagio ya que el contacto genital piel con piel, incluido el sexo oral, es un modo de contagio claramente demostrado. Por ello el uso de preservativos no ofrecen una protección total- aunque sí elevada- frente al VPH y todavía mayor frente al VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis, la gonorrea y la infección por clamidias.
Entre los factores de riesgo de contagio por el virus del papiloma humano (VPH) se encuentran:
- Inicio temprano de las relaciones sexuales.
- El número de parejas sexuales.
- No usar preservativo.
- El coito anal sin preservativo es una práctica con muy alto riesgo de transmisión de la infección por VPH, debido a la fragilidad de la piel y la mucosa de la zona.
Aunque la mayoría de las personas, gracias a su sistema inmunitario, logra eliminar el virus, en otras la infección se hace persistente.
Pese a que la mayoría de las personas, gracias a su sistema inmunitario, logra eliminar el virus, en otras la infección se hace persistente. El tabaco y la inmunodepresión, como ocurre en las personas con infección por VIH o trasplantes, favorecen esta situación.
Es necesario recordar que el tabaco es, además, un factor de riesgo para el cáncer de cuello de útero, boca/orofaringe y laringe, también relacionados con el virus del papiloma humano.
Se conocen más de 200 genotipos del VPH, identificados por números. Según su tropismo, pueden ser cutáneos o mucosos. Estos últimos son los de mayor relevancia clínica, y en ellos se distinguen:
- Genotipos de alto riesgo (oncogénicos). El de mayor riesgo y más prevalente en cáncer es el genotipo 16, seguido por el 18 y el 45; otros son: 31, 33, 39, 51, 52, 56, 58 y 59.
- Genotipos de bajo riesgo. Son causa de las verrugas anogenitales y de la papilomatosis respiratoria recurrente, enfermedades originadas en el 90 % de los casos por los tipos 6 y 11.
La vacuna financiada en la actualidad en la Región de Murcia (Gardasil 9®) incluye en su composición los genotipos de alto riesgo 16, 18, 31, 33, 45, 52 y 58 (responsables en su conjunto del 90 % de los cánceres de cuello de útero y al 78-96 % de los cánceres relacionados con el VPH de otras localizaciones), y los de bajo riesgo 6 y 11.
El 90 % de las infecciones por el virus del papiloma humano son asintomáticas y se resuelven en 1-2 años sin necesidad de tratamiento, sin haber causado lesiones. En los casos en los que no se resuelve y se detecta el VPH durante al menos 6 meses se habla de infección persistente. Las personas en situación de inmunosupresión, ya sea debido a una inmunodeficiencia primaria o secundaria, tienen un mayor riesgo de infección y progresión a enfermedad asociada a VPH.
Las infecciones persistentes por genotipos de alto riesgo (oncogénicos) pueden, a largo plazo (10-15 años), originar cáncer en diversas localizaciones implicadas en el contacto sexual, tanto anogenitales como orofaríngeas.
En mujeres, los genotipos oncogénicos del VPH son responsables de casi la totalidad de los cánceres de cérvix uterino, más del 75 % de los cánceres de vagina y el 25 % de los de vulva. En hombres, la proporción de los casos de cáncer de pene atribuibles a la infección por VPH, y, por lo tanto, prevenibles si se evita la infección (fracción prevenible), es superior al 50 %. Respecto a los cánceres que afectan a ambos sexos, la fracción atribuible al VPH del cáncer anal de células escamosas es de prácticamente el 100 %, mientras que en los tumores de cabeza y cuello es variable (2-30 %).
Por otra parte, los genotipos de bajo riesgo causan verrugas anogenitales (condilomas) y papilomatosis laríngea recurrente. Estas lesiones, si bien no son malignas, suponen un desafío clínico por su persistencia.
La prevención se realiza en dos niveles:
- Prevención primaria mediante la vacunación, con una doble estrategia: Por una parte, la vacunación sistemática de adolescentes/preadolescentes con una recaptación de los no vacunados hasta los 25 años (inclusive); por otra, la vacunación dirigida específicamente a personas que presentan factores que aumentan el riesgo de infección o de enfermedad grave en caso de haber adquirido el virus (ver protocolo de vacunación frente al virus del papiloma humano (VPH) en personas con condiciones de riesgo). Se ha observado en varios estudios que la efectividad de la vacunación frente al VPH es menor a mayor edad de inicio de la misma.
- Prevención secundaria mediante las estrategias de cribado, que existen exclusivamente para el cáncer de cuello uterino: citología cervical y/o detección del genoma del VPH. En España, en 2023 el Ministerio de Sanidad publicó un documento de consenso con las directrices que deben seguir en la actualidad los cribados poblacionales de cáncer de cérvix, (ver situación de la implementación en la Región de Murcia). En el presente, el cribado sigue siendo necesario y recomendado no solo en mujeres que no recibieron la vacuna frente al VPH, sino también en vacunadas.
Estas medidas son especialmente relevantes en la población inmunodeprimida, donde existe una mayor probabilidad de que la infección se vuelva persistente, incrementando el riesgo de complicaciones asociadas.
La vacunación es una estrategia de efectividad demostrada en la prevención de la infección asociada al VPH. Los niveles de anticuerpos específicos producidos en la infección natural no siempre son suficientes para proteger contra la reinfección posterior, mientras que la vacunación confiere una respuesta mejorada frente a la respuesta inmunológica natural, proporcionando protección a largo plazo y manteniendo niveles elevados y sostenidos de anticuerpos séricos. Además, disminuye en la población la circulación de los genotipos vacunales (protección comunitaria).
Al prevenir la infección (prevención primaria) existe gran potencial para la prevención de las enfermedades asociadas, tanto malignas (tumores localizados en la región anal, genital, cabeza y cuello), como benignas (verrugas anogenitales -condilomas- y papilomatosis laríngea). Estas últimas representan un desafío clínico por su persistencia y dificultad para un tratamiento efectivo.
Distintos estudios han demostrado que la vacunación frente al VPH es eficaz y efectiva en la prevención de la infección por los genotipos más relevantes por su prevalencia y patogenicidad, así como de las enfermedades asociadas a estos (cáncer de distintas localizaciones, condilomas), tanto en mujeres como en varones.
De cara a recomendar la vacuna al paciente y a la población general, se debe recalcar que es una vacuna para proteger frente al cáncer (y adicionalmente frente a verrugas genitales), no para prevenir la infección.
Deben vacunarse frente al virus del papiloma humano (VPH) las personas con determinadas condiciones de riesgo, que se enumeran más abajo, por su mayor riesgo de adquirir la infección y/o de desarrollar complicaciones de la misma:
Los siguientes grupos de riesgo tienen indicada la vacunación hasta una edad máxima de 45 años, inclusive:
- Hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH).
- Situación de prostitución.
- Síndrome WHIM (tipo de inmunodeficiencia primaria; la vacuna debe cubrir los tipos 6 y 11).
- Infección por VIH.
- Trasplante de órgano sólido o de médula.
El siguiente grupo de riesgo tiene indicada la vacunación sin límite alguno de edad:
- Mujeres que hayan recibido cualquier tratamiento por lesión intraepitelial de alto grado de cuello de útero (CIN 2 o CIN 3). En este caso se vacunará a todas las mujeres, independientemente de la edad.
Puede ampliar la información sobre el resto de las cuestiones relacionadas en el programa de vacunación frente a VPH en estos grupos de riesgo.
La vacunación de las personas pertenecientes a los grupos de población diana arriba mencionados es totalmente gratuita.
Las indicaciones para personas pertenecientes a grupos de riesgo quedan resumidas en la siguiente tabla:
Grupo | Límite de edad | Pauta |
---|---|---|
Personas no inmunodeprimidas en determinadas situaciones de riesgo:
|
Hasta los 45 años (incluidos) | 1 dosis hasta los 25 años (incluidos)* 2 dosis de 26 a 45 años (incluidos), separadas, al menos, 6 meses** |
Personas con determinadas condiciones que asocian inmunosupresión:
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Hasta los 45 años (incluidos) | 3 dosis (0, 2 y 6 meses) *** |
Mujeres, que hayan recibido un tratamiento por lesión intraepitelial de alto grado en cuello de útero/cérvix (CIN2+) | Independientemente de la edad | 3 dosis (0, 2 y 6 meses) *** |
* Excepto inmunosupresión primaria o secundaria, casos en los que siempre se administrará una pauta de 3 dosis, independientemente de la edad de inicio de la vacunación.
** Intervalo mínimo entre dosis de 5 meses.
*** El intervalo mínimo entre la 1ª y 2ª dosis debe ser de 1 mes y, al menos, 4 meses entre la 2ª y la 3ª.
Las personas con infección por VIH presentan un mayor riesgo de contraer infección por VPH, así como una mayor probabilidad de persistencia de la infección, desarrollo de lesiones precancerosas asociadas al VPH y progresión a cáncer de cuello uterino o cáncer anal.
Los ensayos clínicos de la vacuna contra el VPH en personas con infección por VIH se han centrado principalmente en evaluar su inmunogenicidad.
Una revisión de ensayos clínicos en esta población demostró una alta tasa de seroconversión frente a los genotipos incluidos en la vacuna, superior al 94 %.
Las personas inmunodeprimidas tienen un mayor riesgo de infección por VPH y progresión de la enfermedad asociada al virus.
Hay que tener en cuenta que las personas inmunodeprimidas constituyen un grupo heterogéneo debido las múltiples situaciones que causan inmunodepresión, la severidad de este estado, así como otras características individuales de estas personas. En estas personas, se han realizado varios estudios sobre la inmunogenicidad y seguridad de las vacunas. En pacientes con un trasplante de órgano sólido, entre el 52-68 % seroconvirtieron a los genotipos incluidos en la vacuna cuadrivalente observándose respuestas inmunes más bajas frente a al menos un genotipo de la vacuna en pacientes con trasplante de pulmón y en aquellos trasplantados durante el año anterior.
Por otra parte, en pacientes con lupus eritematoso sistémico y artritis juvenil idiopática, aunque las tasas de seroconversión fueron similares a las de la población no inmunodeprimida, las respuestas inmunes fueron ligeramente inferiores, probablemente debido al uso de tratamientos inmunosupresores e inmunomoduladores. Estos no son específicamente grupos de riesgo de vacunación frente a VPH (motivo por el que solo se recomendaría y financiaría hasta los 25 años, inclusive) pero, debido a la inmunosupresión, la pauta de vacunación será de 3 dosis, independientemente de la edad de inicio.
Las vacunas contra el VPH han demostrado alta efectividad en la prevención de lesiones precancerosas anales (AIN2/3) asociadas a los genotipos incluidos en las vacunas. En hombres que tienen sexo con hombres (HSH) no infectados al momento de la vacunación, la vacuna tetravalente mostró una eficacia del 75 % frente a lesiones causadas por VPH 6/11/16/18.
En Dinamarca, se observó una reducción del 70 % en lesiones anales de alto grado en mujeres vacunadas antes de los 17 años, mientras que no hubo efecto en las vacunadas entre los 17 y 32 años. En Estados Unidos, desde 2008, se ha registrado una disminución en la incidencia de cáncer anal escamoso en personas de 20 a 44 años, atribuida a los programas de vacunación.
Los datos de impacto poblacional de las vacunas frente al virus del papiloma humano muestran una disminución de la efectividad cuando se administran a una población que ya ha estado expuesta al VPH. Sin embargo, las personas que ya hayan iniciado relaciones sexuales deben vacunarse, habiendo demostrado las estrategias de captación en varones ser eficaces.
Las personas no vacunadas pueden o no infectarse durante sus primeras relaciones sexuales. En caso de infección, esta podría involucrar uno o varios tipos del virus del papiloma humano (VPH), aunque es poco probable que incluyan los nueve tipos que cubre la vacuna actualmente administrada en España. Por ello, la vacuna ofrece una protección adicional que no sería posible obtener de otra manera, lo que refuerza la importancia de recomendar la vacunación a estas personas.
En los últimos años, varios estudios científicos han mostrado que, en personas inmunocompetentes de hasta 25 años una única dosis de la vacuna ofrece protección frente al VPH similar a las pautas con varias dosis. Esta recomendación fue avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2022 debido al mejor conocimiento de la efectividad de la vacuna y fue adoptada en países como Reino Unido, Irlanda o Australia, entre otros. En España recientemente se ha revisado la evidencia científica por parte del Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas y se ha recomendado cambiar a una única dosis.
Por tanto, aunque a algunas personas, según su año de nacimiento, les hubiese correspondido en su momento recibir más de una dosis de la vacuna frente al VPH, si aún no se han vacunado y tienen hasta 25 años de edad (inclusive), únicamente deben recibir una dosis.
La ampliación de la edad para la administración de la vacuna contra el VPH en personas inmunodeprimidas se debe a la mayor vulnerabilidad de estas personas a infecciones persistentes por el virus y a las complicaciones asociadas, como lesiones precancerosas y cánceres relacionados con el VPH, incluyendo el cáncer de cuello uterino y anal.
En personas que ejercen la prostitución, se recomienda la vacunación, y se ha ampliado la indicación hasta los 45 años (inclusive) debido a su mayor riesgo de adquirir la infección.
En HSH también se ha ampliado la edad de vacunación siguiendo las recomendaciones del Ministerio.
Sí, actualmente las recomendaciones (ver MurciaSalud) indican que las estrategias de cribado siguen siendo importantes y necesarias también en las mujeres vacunadas. Debe recordarse que la vacuna nonavalente, Gardasil 9®, protege frente a los tipos responsables del 90 % de los casos de cáncer de cuello de útero, no frente a todos los tipos ni frente a las lesiones ya presentes en el momento de vacunación. En todo momento deben seguir las recomendaciones publicadas en MurciaSalud.
Sí. Estas personas pueden y deben vacunarse frente al VPH. Las personas en situación de inmunodepresión tienen mayor riesgo de desarrollar infección persistente por VPH una vez contraída la infección. Al ser una vacuna inactivada, la inmunodepresión no implica mayor riesgo de efectos adversos. Además, debido a una menor respuesta inmunológica requieren un mayor número de dosis. Por este motivo, las personas inmunodeprimidas deben recibir 3 dosis de la vacuna frente al VPH, independientemente de la edad de inicio.
Las personas con determinadas condiciones de riesgo que asocian inmunosupresión, tienen recomendada la vacuna hasta los 45 años, inclusive, entre las que están:
- Trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH).
- Infección por VIH.
- Trasplante de órgano sólido (TOS).
- Síndrome WHIM (inmunodeficiencia primaria): (vacuna que cubra genotipos 6 y 11).
El resto de personas con cualquier otro tipo de inmunodeficiencia, primaria o secundaria, tienen recomendada la vacuna hasta los 25 años, inclusive.
Sí, son seguras. Desde su primera autorización en 2006, se han administrado un total de más de 500 millones de dosis de vacunas frente al VPH en todo el mundo, no habiéndose detectado ninguna señal de alarma que haga dudar de la seguridad de cualquiera de las vacunas.
Las reacciones adversas observadas con más frecuencia con Gardasil 9®, la vacuna actualmente disponible, son dolor o inflamación en el lugar de inyección y dolor de cabeza. También se han descrito como frecuentes mareos, fiebre o malestar general. En caso de que la fiebre o el malestar requiriesen tratamiento, se recomienda el uso de paracetamol u otros fármacos analgésicos o antitérmicos. Puede ampliar la información en la ficha técnica de Gardasil 9®.
Las reacciones adversas graves son muy poco frecuentes. Recuerde que debe notificar todas las sospechas de reacciones adversas a medicamentos (según el Real Decreto 1344/2007) al Centro Autonómico de Farmacovigilancia o a través del formulario electrónico disponible en Notificaram.
En la actualidad, las vacunas frente al VPH autorizadas y disponibles en España y el resto de Europa son dos:
Gardasil 9® es la vacuna suministrada actualmente por el Programa de Vacunaciones de la Región de Murcia. Esta vacuna que cubre los genotipos 16, 18 y otros 5 menos comunes (31, 33, 45, 52 y 58), todos ellos relacionados con distintos cánceres, así como los genotipos 6 y 11, relacionados con las verrugas genitales. Esta es una vacuna nonavalente elaborada (como todas las vacunas frente al VPH comercializadas) a partir de partículas similares al virus -VLPs: (viral-like particles)- altamente purificadas de la proteína L1 (mayor) de la cápside, obtenidas por tecnología de ADN recombinante, que utiliza además un adyuvante (hidroxifosfato sulfato de aluminio amorfo) como potenciador de su inmunogenicidad. Al no contener viriones replicativos, no puede en ningún caso causar infección por VPH ni cáncer.
Cervarix®, que cubre los genotipos 16 y 18, responsables de la mayoría de los tumores asociados al virus. Se ha observado que esta vacuna proporciona también protección cruzada frente a otros genotipos oncogénicos, como 31, 33 y 45.
En mujeres diagnosticadas de lesiones intraepiteliales de alto grado en el cuello de útero (CIN2 o CIN3, también denominadas HSIL), se recomienda la vacunación con una pauta de 3 dosis (segunda dosis a los dos meses de la primera y tercera dosis a los 6 meses de la primera).
Si el diagnóstico de CIN 2 o CIN 3 ya se conoce antes de realizar la conización, se debe iniciar la vacunación antes de la intervención.
Si la conización, u otro tratamiento escisional, ya ha sido realizada debe vacunarse durante el primer año después de la intervención, preferentemente lo antes posible.
Deben vacunarse hasta los 45 años (incluidos) por motivo de inmunodepresión aquellas personas sometidas a trasplante de órgano sólido o médula, infección por VIH o Síndrome WHIM (vacuna que cubra tipos 6 y 11).
También es recomendable la vacunación hasta los 45 años (incluidos) en hombres que tienen sexo con hombres (HSH). Por otro lado, deben vacunarse las personas en situación de prostitución menores de 45 años (inclusive).
La vacunación también está incluida dentro de calendario y se realizan campañas de recaptación para población general no vacunada dentro de calendario, más información en (https://www.murciasalud.es/web/vacunacion/-/stop-vph-varones).
Debido a que se encuentra en situación de inmunodepresión, debe recibir tres dosis. La segunda dosis debe estar separada 2 meses de la primera, siendo de un mes el intervalo mínimo. La tercera dosis debe administrarse a los 6 meses de la primera.
En caso de que la condición de riesgo se presente en la infancia, la primera dosis debe administrarse preferentemente a la edad que indique el calendario de vacunación vigente para el resto de los niños y niñas de su edad, preferentemente dentro de la campaña de la vacunación escolar. Las dos siguientes dosis deben administrarse en su centro de salud.
El riesgo de recurrencia en mujeres intervenidas por lesiones precancerosas del cuello uterino (CIN 2 o CIN 3) es del 16,5 % a los 5 años, es decir, 1 de cada 6 mujeres volverá a presentar estas lesiones en los primeros 5 años tras la intervención.
Tal como indican las autoridades europeas, basándose en varios estudios científicos, la vacuna contra el VPH en estas mujeres reduce el riesgo de volver a desarrollar CIN 2 y CIN 3 (independientemente del tipo de VPH), así como CIN 2/CIN 3 asociado específicamente a los tipos de VPH 16/18.
Sí, la vacunación frente al virus del papiloma humano (VPH) en mujeres con este tipo de lesiones reduce el riesgo de recurrencias.
La vacuna está indicada en todas las mujeres que han sido diagnosticadas con este tipo de lesiones precancerosas (CIN 2 o CIN 3) con independencia del tipo de cirugía realizada y la edad.
No, ya que está correctamente vacunado. En personas sin situación de inmunodepresión que comienza la vacunación hasta los 25 años (inclusive), la pauta de vacunación adecuada consiste en una única dosis. No importa que la primera dosis haya sido con Gardasil®, Gardasil 9® o Cervarix®. Si comenzase a partir de los 26 años, la pauta sería de 2 dosis separadas por un intervalo mínimo de 6 meses.
No debe recibir más dosis, ya que está correctamente vacunado según las recomendaciones vigentes según el conocimiento actual de la vacuna.
Estas personas, debido a que pertenecen a grupos de riesgo, deben vacunarse sin esperar. Pueden hacerlo en su centro de salud. En aquellas condiciones de riesgo con pautas más complejas que incluyan múltiples vacunas, si su médico responsable lo considera necesario, pueden ser derivados al servicio de Medicina Preventiva que cuente con consultas de vacunación para actualizar su pauta vacunal o al correo del Programa de Vacunaciones.
En varones pertenecientes a grupos de riesgo está recomendada y financiada la vacunación frente al virus del papiloma humano hasta los 45 de edad (inclusive). Esta recomendación es independiente de que el resto de los nacidos en su año de nacimiento sin condiciones de riesgo estén incluida actualmente en la campaña de vacunación frente al VPH para nacidos a partir de 1999[A1] (https://www.murciasalud.es/web/vacunacion/-/vph-varones-1999-2010-faq): aunque los varones sin riesgo tengan que esperar, los incluidos en grupos de riesgo deben vacunarse cuanto antes.
En personas inmunodeprimidas incluidas dentro de las recomendaciones de vacunación para grupos de riesgo se administrarán 3 dosis de la vacuna mientras que en personas con condiciones de riesgo sin inmunodepresión se administrará una dosis hasta los 25 años de edad (inclusive) y dos dosis entre los 26 y 45 años de edad (inclusive).
Para la administración de la vacuna puede pedir cita en su centro de salud. Además, en las áreas de salud que cuenten con servicio de Medicina Preventiva con consulta de vacunaciones, el médico responsable puede derivar a estos pacientes para actualización del calendario vacunal.
No, no es necesario realizar ninguna prueba para ello.
La vacuna frente al VPH no debe administrarse a quienes hayan tenido una reacción alérgica grave (como anafilaxia) a alguno de sus componentes (pueden consultarse en la ficha técnica), o tras recibir una dosis previa de esta vacuna.
En caso de fiebre o una enfermedad aguda moderada o grave, se recomienda retrasar la vacunación hasta que los síntomas hayan desaparecido.
Sí. Si están indicadas, se pueden administrar a la vez, tanto las vacunas de calendario, como las vacunas que se reciban por alguna condición de riesgo o las estacionales (gripe y COVID-19) en caso de estar indicadas.
En caso de no administrar las vacunas el mismo día, no hay que dejar ningún intervalo de días específico entre la administración de la vacuna frente al VPH y cualquier otra.
Sí, se pueden administrar perfectamente ambas vacunas el mismo día sin problemas. Si no se administran el mismo día, no hay que dejar ningún intervalo específico.
Sí, se puede administrar. Esta vacuna, como cualquier inyección intramuscular, debe ser administrada con precaución en personas con cualquier trastorno de la coagulación porque puede aparecer hemorragia después de una administración intramuscular en estos individuos.
Aunque no se han identificado problemas de seguridad en mujeres que recibieron la vacuna contra el VPH de forma inadvertida durante el embarazo, los datos disponibles son insuficientes para saber si la vacunación influye en el riesgo de desenlaces adversos, tanto para la madre como para su hijo/a. Por ello, siguiendo el principio de precaución, se recomienda posponer la administración de la vacuna contra el VPH hasta después de concluir el embarazo.
En caso de lactancia la vacuna puede administrarse.
Deben darse las siguientes recomendaciones:
- Usar ropa cómoda y amplia, que sea fácil para dejar la zona del brazo libre.
- No apretar ni contraer el brazo, ya que estando relajado se nota menos la inyección.
- El día de la vacunación desayunar adecuadamente para evitar la sensación de mareo.
- Después de vacunarse, esperar unos 30 minutos, al igual que con el resto de las vacunas, para asegurarse de que se encuentra bien y que puede seguir su rutina.
Tras la vacunación, indicar que puede doler un poco el brazo donde le han pinchado o que se ponga un poco enrojecido. Esto es normal y desaparece espontáneamente en 2 o 3 días.
La actitud de los profesionales sanitarios es fundamental para fomentar la confianza en las vacunas. La recomendación de vacunación a los pacientes por parte de su profesional sanitario de confianza es muy importante, pues los pacientes confían en el consejo de los sanitarios por encima de otras fuentes. En pacientes inmunodeprimidos se ha de hacer énfasis en el mayor riesgo de complicaciones asociadas al virus y en la necesidad de vacunar con tres dosis debido a la menor respuesta inmunitaria de la vacuna. Deben aprovecharse las oportunidades que ofrecen las consultas de atención primaria y especializada para promocionar la vacunación en estos grupos prioritarios. Debe enfatizarse, más que su papel en la prevención de la infección (que sí previene), su papel en la prevención primaria de distintos tipos de cáncer y, de forma complementaria, de las lesiones benignas (verrugas y condilomas).
Es importante, por este motivo, informar a los pacientes, sobre los beneficios de la vacunación, evitar la desinformación y responder de forma empática y respetuosa a las dudas sobre las vacunas.
Última actualización: 27/03/2025
