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Vacunación estacional (gripe y COVID-19) temporada 2024-2025 - FAQ para profesionales: vacunación de personas de 18 años o más
El objetivo principal de la vacunación frente a gripe y COVID-19 es reducir la morbimortalidad y disminuir el impacto de estas infecciones en la capacidad de atención sanitaria y socio-sanitaria reforzando la protección de las personas más vulnerables.
La vacunación es la medida más eficaz para la prevención de las infecciones transmisibles por vía respiratoria como gripe y COVID-19 y sus complicaciones.
La vacunación estacional frente a la gripe y a la COVID-19 en la temporada 2024-2025 está indicada en los siguientes casos:
- Personas de 60 años o más.
- Personas de 5 años o más que viven en residencias de mayores y/o internas en centros de discapacidad y residentes en instituciones cerradas.
- Personas de 12 a 59 años con patología crónica.
- Enfermedades crónicas del sistema cardiovascular
- Enfermedades respiratorias crónicas: asma, fibrosis quística, displasia broncopulmonar, patología pulmonar tras padecimiento de COVID-19
- Enfermedades neurológicas y neuromusculares graves con riesgo de broncoaspiración
- Enfermedades metabólicas crónicas, incluyendo diabetes mellitus y Síndrome de Cushing.
- Personas con obesidad mórbida (índice de masa corporal ¿40 en adultos, >35 en adolescentes o >3 DS en la infancia).
- Enfermedad renal crónica y síndrome nefrótico.
- Enfermedad hepática crónica, incluyendo alcoholismo crónico.
- Asplenia o disfunción esplénica grave.
- Hemoglobinopatías y anemias.
- Trastornos de la coagulación, hemofilia y trastornos hemorrágicos crónicos, así como receptores de hemoderivados y transfusiones múltiples.
- Cáncer y hemopatías malignas.
- Enfermedades inflamatorias crónicas.
- Inmunosupresión, tanto las inmunodeficiencias primarias como las causadas por VIH o por fármacos (incluyendo tratamiento con eculizumab y otros inhibidores del complemento), pacientes con déficit del complemento o receptores de trasplantes.
- Trastornos o enfermedades que conllevan disfunción cognitiva (Síndrome de Down, parálisis cerebral, demencias y otras).
- Mujeres embarazadas en cualquier trimestre de la gestación. En caso de no haberse vacunado en esta temporada durante el embarazo, la vacuna también está recomendada en mujeres en el periodo de puerperio, hasta los seis meses tras el parto.
- Personal sanitario y también no sanitario que trabaje en centros sanitarios y socio-sanitarios (públicos o privados), porque pueden transmitir la enfermedad a personas con alto riesgo de complicaciones.
- Personas (de 6 meses o más de edad), que conviven con otras que presentan gran inmunosupresión (receptores de trasplante de progenitores hematopoyéticos, trasplante de órgano sólido, insuficiencia renal crónica, VIH con recuento de CD4< 200 cel/mm3, ciertas inmunodeficiencias primarias, pacientes en terapia inmunosupresora importante), para evitar la transmisión a estas personas en situación de vulnerabilidad. También aquí puede incluirse a los individuos mayores de 6 meses que viven con personas mayores y/o enfermedades crónicas.
- Trabajadores de servicios públicos esenciales, sobre todo: Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, Fuerzas Armadas, bomberos y Protección Civil.
Se recomienda solo la vacunación antigripal a las personas nacidas entre 1965 y 2018 con las siguientes circunstancias:
- Enfermedad celíaca.
- Portadores de implantes cocleares o que están esperando el implante.
- Fístula de líquido cefalorraquídeo.
- Hábito tabáquico.
- Personal de guarderías. Personal docente en Educación Infantil, Primaria y Secundaria.
- Estudiantes en prácticas en centros sanitarios y socio-sanitarios.
- Profesionales que están expuestos directamente a aves o cerdos en granjas o explotaciones avícolas o porcinas visones o fauna silvestre: ganaderos, veterinarios, cazadores, ornitólogos, personas que trabajan en granjas o zoológicos, agentes de medioambiente etc. El motivo de esta indicación de vacuna es reducir la posibilidad de que se genere una infección concomitante de virus humano y aviar o porcino y minimizar el riesgo de recombinación o intercambio genético de los dos tipos de virus.
- Población pediátrica nacida en 2019 y años posteriores siempre que tengan los 6 meses cumplidos. Para obtener más información sobre este aspecto se puede consultar el documento de Preguntas y Respuestas de la vacunación en niños/as y adolescentes
Sí, las nuevas vacunas tienen un perfil de seguridad muy alto.
Las vacunas que se administran actualmente frente a la gripe en población adulta son inactivadas, por lo que no contienen virus infectantes. Se componen de fracciones de virus o subunidades proteicas y, por lo tanto, no pueden causar la enfermedad. Sus efectos adversos son poco frecuentes, autolimitados y habitualmente locales en las vacunas que se administran de forma intramuscular. Las reacciones sistémicas son poco frecuentes (<10 %): fiebre, malestar, mialgias de 1-2 días de duración. Estos síntomas aparecen sobre todo en personas que se vacunan por primera vez y se recomienda el uso de paracetamol, si fuese necesario, en caso de aparición de alguno de ellos. En niños y adolescentes menores de 18 años, en cambio, si ha de usarse algún fármaco nunca se debe usar ácido acetil salicílico (para evitar síndrome de Reye).
Las vacunas frente a COVID-19 han superado rigurosos controles de seguridad. Las vacunas disponibles actualmente en nuestra campaña están basadas en ARN mensajero y no pueden causar la enfermedad. Los efectos secundarios más frecuentes son leves y no suelen durar más de 48 horas: dolor local en el lugar de la inyección, cansancio, cefalea, artromialgias y/o fiebre, siendo los efectos graves extremadamente raros.
Es muy importante notificar todas las sospechas de reacciones adversas de medicamento a través del Centro Autonómico de Farmacovigilancia o mediante la web https://www.notificaram.es.
Para más información sobre las reacciones adversas de estas vacunas se puede consultar las fichas técnicas y el prospecto de las vacunas en el Centro de Información de Medicamentos de la AEMS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. (https://cima.aemps.es/cima/publico/home.html).
Las vacunas antigripales disponibles para adultos no pueden causar la enfermedad, ya que son vacunas inactivadas.
Las vacunas frente a COVID-19 disponibles actualmente en nuestra campaña están basadas en ARN mensajero y no pueden causar la enfermedad.
Las distintas vacunas de que disponemos en la campaña vacunal frente a gripe en la Región son las siguientes:
- Vacuna tetravalente inactivada de antígenos de superficie (Influvac Tetra®). Vía de administración: intramuscular.
- Vacuna tetravalente de cultivo celular (Flucelvax Tetra®). Vía de administración: intramuscular.
- Vacuna tetravalente inactivada de antígenos de superficie de alta carga (Efluelda HD®). Vía de administración: intramuscular.
- Vacuna tetravalente adyuvada de antígenos de superficie purificados (FLUAD Tetra®). Vía de administración: intramuscular.
- Vacuna trivalente de virus vivos atenuados intranasal (Fluenz®). Vía de administración: intranasal (mediante aplicador nasal de un solo uso).
Grupo etario | Vacuna de administración prioritaria (según disponibilidad) | Vacuna(s) alternativa(s) |
---|---|---|
6-23 meses | Influvac Tetra® | No existen alternativas |
Nacidos en 2019 y años posteriores con 2 años cumplidos. Personas de 6-17 años con condiciones de riesgo | Fluenz® | Flucelvax Tetra® o Influvac Tetra® según disponibilidad |
18-49 años con condiciones de riesgo | Flucelvax Tetra® o Influvac Tetra® según disponibilidad | |
50-74 años con condiciones de riesgo | Fluad Tetra® | Flucelvax Tetra® o Influvac Tetra® según disponibilidad |
60-74 años sanos | Flucelvax Tetra® o Influvac Tetra® según disponibilidad | |
¿ 75 años | Efluelda HD® | Flucelvax Tetra® o Influvac Tetra® según disponibilidad |
Población institucionalizada |
Grupo etario | Vacuna de administración prioritaria (según disponibilidad) | Vacuna(s) alternativa(s) |
---|---|---|
2-59 años | Flucelvax Tetra® | |
¿ 60 años | Efluelda HD® |
En base a la recomendación de la composición de las vacunas estacionales para la temporada 2024-2025 de la OMS y la EMA, la vacuna frente a COVID-19 es monovalente frente a la subvariante JN.1 de la variante Ómicron, o frente a la subvariante KP.2 según la disponibilidad.
Las mujeres embarazadas que padecen gripe tienen mayor riesgo de presentar cuadros graves y complicaciones de la gestación, sobre todo a partir del segundo trimestre y durante el postparto y también se ha asociado a posibles malformaciones en el feto cuando la infección se produce en el primer trimestre de la gestación.
Las mujeres gestantes también presentan mayor riesgo de infección grave por SARS-CoV-2 que las mujeres no gestantes de su misma edad. La COVID-19 durante el embarazo produce mayor riesgo de mortalidad materna, prematuridad o bajo peso al nacer e ingreso del neonato al nacimiento. Además, los menores de 6 meses presentan un alto porcentaje de hospitalización por este motivo según diversos estudios.
La vacuna frente a la gripe en el embarazo protege a la madre, al neonato y al lactante menor de seis meses (para los que no se dispone de vacunas autorizadas) y reduce el riesgo de hospitalizaciones.
Por tanto, se recomienda la vacunación frente a la gripe con una dosis de vacuna inactivada y frente a la COVID-19 a todas las embarazadas en cualquier momento de la gestación y durante los primeros seis meses tras el parto si no se ha recibido la vacunación durante el embarazo.
Las vacunas antigripales inactivadas y frente a SARS-COV-2 son seguras y efectivas durante el embarazo, en cualquier momento de la gestación y también durante la lactancia.
Sí. Las personas con inmunosupresión presentan mayor riesgo de complicaciones y de gravedad por cuadros de gripe y COVID-19. Por este motivo, se recomienda la vacunación a los pacientes con inmunosupresión por inmunodeficiencias primarias o secundarias a tratamientos, pacientes que padezcan cáncer, infección por VIH, trasplante de órgano sólido o progenitores hematopoyéticos, y asplenia anatómica o funcional. Debe recordarse que las vacunas antigripales atenuadas están contraindicadas en este tipo de pacientes y en sus convivientes, sólo pudiendo usar en ellos las vacunas inactivadas. No obstante, en ficha técnica la vacuna antigripal atenuada antigripal que se usa actualmente en nuestro país, no está autorizada en personas de 18 años o más de edad.
Sí. Además, si se trata de una persona con factores de riesgo, debe vacunarse, ya que solamente estaría protegido/a para la cepa específica que le ha causado el cuadro, pues la infección gripal no implica protección frente a otros tipos o subtipos del virus causante de ese episodio.
La administración de vacunas inactivadas frente a la gripe es segura en personas que han superado o que padecen la COVID-19. En pacientes que han superado la COVID-19 o la padecen de forma leve o asintomática se recomienda vacunar frente a gripe cuando estén completamente recuperados.
No se conocen contraindicaciones médicas para vacunar a personas que ya han superado la infección por COVID-19. Se recomienda que la dosis estacional de la vacuna frente a la COVID-19 se administre al menos 3 meses después de la última dosis recibida o de la última infección pasada. Se ha observado una mejor respuesta a la vacunación cuando se respeta este intervalo de tiempo, aunque se trata de una recomendación, en principio no sería necesario esperar un tiempo específico para vacunar con vacunas inactivadas tras la enfermedad, siempre que haya superado la misma.
Por otra parte, las personas que tienen síntomas prolongados tras padecer COVID-19 también pueden vacunarse.
Sí. Se recomienda la vacunación independientemente de haber recibido dosis con anterioridad. Se recomienda, eso sí, esperar al menos 3 meses desde la última dosis administrada o desde la última infección, para administrar la vacuna actual.
En adultos se indica una sola dosis de vacuna frente a COVID-19, independientemente del número de episodios de infección que se hayan padecido y /o del número de dosis de vacuna recibidas anteriormente, incluso si no se ha recibido ninguna dosis previa, excepto en grandes inmunodeprimidos, en los que realizará una evaluación individualizada de la necesidad de administración de dosis adicionales.
La actitud de los profesionales sanitarios es fundamental para fomentar la confianza en las vacunas. La recomendación de vacunación a los pacientes por parte de su profesional sanitario de confianza es muy importante, pues los pacientes confían en el consejo de los sanitarios por encima de otras fuentes
Es importante, por este motivo, informar a los pacientes sobre los beneficios de la vacunación, evitar la desinformación y responder de forma respetuosa a las dudas sobre las vacunas frente a la gripe y la COVID-19.
Vacunarte también es una forma de ayudar a los pacientes a dar ese paso; cuando los profesionales de la salud se vacunan, sus pacientes presentan una mayor aceptación y confianza en las vacunas.
Tiene indicación de vacunación frente a la gripe y frente a la COVID-19 todo el personal que trabaje en el ámbito de la atención sanitaria o socio-sanitaria, tanto quienes están en contacto directo con pacientes como quienes no lo están.
Los estudiantes en prácticas en centros sanitarios y socio-sanitarios tienen indicación de vacuna frente la gripe.
Los profesionales sanitarios tienen mayor probabilidad de infección (por el contacto con pacientes potencialmente infectados) y además pueden transmitir la enfermedad de forma inadvertida (aun sin presentar síntomas) a pacientes, (algunos vulnerables, con alto riesgo de complicaciones), a otros compañeros y también a familiares.
La vacuna es segura y efectiva para disminuir complicaciones, ingresos hospitalarios y mortalidad y como individuos también podemos beneficiarnos de su efectividad. La vacuna, además de protegerte a ti, protege a tus pacientes y a tu familia.
La vacunación del personal sanitario se asocia con una reducción en la transmisión de enfermedades a pacientes hospitalizados. Los estudios epidemiológicos muestran que los profesionales sanitarios no vacunados tienen un riesgo significativamente mayor de contraer enfermedades infecciosas debido a su exposición constante a pacientes contagiados y la vacunación reduce este riesgo.
La vacuna frente a la gripe disminuye el riesgo de infección en los profesionales sanitarios durante la temporada de gripe, contribuyendo a reducir las ausencias por enfermedad, también disminuye la transmisión de ésta a los pacientes, sobre todo en unidades de alto riesgo como las unidades geriátricas y de cuidados intensivos. La evidencia científica muestra que la vacunación del personal sanitario es una estrategia eficaz para disminuir la transmisión y prevenir brotes de gripe en centros de salud y brotes nosocomiales en hospitales, aligerando así la carga asistencial en el sistema sanitario durante las temporadas de alta demanda.
Por otra parte, la vacunación frente a COVID-19 ha demostrado ser efectiva para prevenir la COVID-19 sintomática y grave en el personal sanitario vacunado, incluso en los profesionales que presentan mayor riesgo de complicaciones, así como un retorno al trabajo más temprano. En distintos estudios se confirma que los profesionales sanitarios vacunados tienen menor probabilidad de transmitir el SARS-CoV-2 a sus pacientes y compañeros, contribuyendo así a la protección de personas vulnerables como inmunodeprimidos y ancianos en entornos hospitalarios.
Además, la evidencia científica muestra que cuando los profesionales de la salud se vacunan, sus pacientes presentan una mayor aceptación y confianza en las vacunas. Por lo tanto, es muy importante que los sanitarios se vacunen para generar confianza pública, ya que son una de las fuentes más confiables para el asesoramiento en salud.
Por otra parte, como profesionales tenemos el deber ético de contribuir a la prevención de enfermedades prevenibles y ser ejemplares para nuestros pacientes vulnerables, que tienen también recomendada la vacunación.
La vacuna es segura y efectiva para disminuir complicaciones, ingresos hospitalarios y mortalidad y como individuos también podemos beneficiarnos de su efectividad. La vacuna, además de protegerte a ti, protege a tus pacientes y a tu familia.
La vacunación del personal sanitario se asocia con una reducción en la transmisión de enfermedades a pacientes hospitalizados. Los estudios epidemiológicos muestran que los profesionales sanitarios no vacunados tienen un riesgo significativamente mayor de contraer enfermedades infecciosas debido a su exposición constante a pacientes contagiados y la vacunación reduce este riesgo.
La vacuna frente a la gripe disminuye el riesgo de infección en los profesionales sanitarios durante la temporada de gripe, contribuyendo a reducir las ausencias por enfermedad, también disminuye la transmisión de ésta a los pacientes, sobre todo en unidades de alto riesgo como las unidades geriátricas y de cuidados intensivos. La evidencia científica muestra que la vacunación del personal sanitario es una estrategia eficaz para disminuir la transmisión y prevenir brotes de gripe en centros de salud y brotes nosocomiales en hospitales, aligerando así la carga asistencial en el sistema sanitario durante las temporadas de alta demanda.
Por otra parte, la vacunación frente a COVID-19 ha demostrado ser efectiva para prevenir la COVID-19 sintomática y grave en el personal sanitario vacunado, incluso en los profesionales que presentan mayor riesgo de complicaciones, así como un retorno al trabajo más temprano. En distintos estudios se confirma que los profesionales sanitarios vacunados tienen menor probabilidad de transmitir el SARS-CoV-2 a sus pacientes y compañeros, contribuyendo así a la protección de personas vulnerables como inmunodeprimidos y ancianos en entornos hospitalarios.
Además, la evidencia científica muestra que cuando los profesionales de la salud se vacunan, sus pacientes presentan una mayor aceptación y confianza en las vacunas. Por lo tanto, es muy importante que los sanitarios se vacunen para generar confianza pública, ya que son una de las fuentes más confiables para el asesoramiento en salud.
Por otra parte, como profesionales tenemos el deber ético de contribuir a la prevención de enfermedades prevenibles y ser ejemplares para nuestros pacientes vulnerables, que tienen también recomendada la vacunación.
Cuando avance la campaña de vacunación antigripal y haya avanzado la vacunación de los grupos prioritarios, en caso de quedar dosis de vacuna, se abrirá la posibilidad de solicitar cita a las personas que lo deseen y que no tengan condiciones de riesgo. Sin embargo, actualmente, no está justificada la vacunación frente a COVID-19 a las personas que no están incluidas en los grupos diana de la campaña.
Sí, se pueden administrar varias vacunas al mismo tiempo. La administración de dos vacunas se puede hacer en los dos miembros superiores, y si se administra más de dos, es necesario dejar una separación al menos de 2,5 cm entre ellas.
La vacuna antigripal se puede administrar en la misma cita, en puntos de inyección diferentes (sitios anatómicos distintos), que el resto de las vacunas del calendario de vacunación, así como la dosis estacional de vacuna frente a COVID-19.
La coadministración ha demostrado ser de utilidad para aumentar las coberturas vacunales.
No se han encontrado, en las publicaciones y evidencia científica disponible, actualmente, diferencias en la respuesta inmune de estas vacunas tras su administración al mismo tiempo o no y tampoco en el perfil de seguridad.
Si se prefiere, por mayor aceptabilidad, posponer la vacunación de neumococo y/o herpes zoster, en el adulto, es muy importante citar al paciente en ese mismo momento para facilitar en lo posible que el paciente se vacune posteriormente.
Para la población infantil: ver el documento específico de preguntas frecuentes en la vacunación frente a gripe y COVID-19 para profesionales.
Es posible seguir con la inmunoterapia alérgica simultáneamente. Según la evidencia científica la inmunoterapia no contraindica estas vacunas. Las vacunas contra la gripe y COVID-19 y la inyección de inmunoterapia para alergias puede administrarse el mismo día, siempre que se apliquen en sitios anatómicos diferentes. En caso de preferir dejar un intervalo entre las vacunas y la inmunoterapia, no hay que dejar un intervalo específico.
No hay evidencia de que las vacunas contra el COVID-19 o la gripe reduzcan la eficacia de la inmunoterapia.
Si hay antecedentes de reacciones alérgicas graves (como anafilaxia), el profesional debería hacer una evaluación individualizada y plantearse la posible modificación de la pauta de inmunoterapia.
En el caso de la vacuna de la gripe:
- En caso de antecedente de reacción alérgica grave y/o anafilaxia a una dosis previa de vacuna de gripe o a cualquiera de sus componentes o de reacción sistémica, excepto al huevo.
- Alergia grave (anafilaxia) a los antibióticos incluidos en las vacunas o personas alérgicas a cualquiera de los principios activos, componentes o excipientes de las vacunas.
- En las personas con historia de reacción alérgica grave (anafilaxia) al huevo o a sus proteínas está contraindicada la administración de la vacuna antigripal atenuada intranasal. A estas personas se les vacunará con cualquiera de las vacunas frente a gripe inactivadas de la campaña.
- Las vacunas atenuadas contra la gripe, como es el caso de la intranasal (sólo autorizada para usarse en personas de 2-17 años) están contraindicadas en pacientes inmunocomprometidos/as y en personas que convivan con éstas sin posibilidad de aislamiento o distanciamiento (sería el caso de un niño/a que conviviese con una persona con gran inmunosupresión), y en este caso se indicaría la vacuna de la gripe de virus inactivados e intramuscular. La vacuna atenuada intranasal también está contraindicada en: gestación, pacientes en tratamiento crónico con salicilatos (en este caso la contraindicación es para evitar la aparición de Síndrome de Reye), existencia de fístula de líquido céfalo-raquídeo, semana previa a cirugía de implante coclear o en las dos semanas posteriores, síntomas de exacerbación asmática en las 72 horas previas a la vacunación, y congestión nasal importante.
En cuanto a la vacuna frente a COVID-19 adaptada para la temporada 2024-2025, está contraindicada en caso de hipersensibilidad al principio activo de la misma o a alguno de sus excipientes o de sus componentes. Las vacunas frente a COVID-19 no deben administrarse si existe un antecedente de anafilaxia o de alergia a una dosis previa de la misma vacuna o a cualquier componente de la vacuna (polietilenglicol, trometanol, etc). Consultar la ficha técnica de las vacunas para ver los componentes.
Por otro lado, no existen vacunas autorizadas frente a COVID-19 y/o gripe para el uso en la población infantil menor de 6 meses.
- Enfermedad febril o enfermedad moderada-grave. En caso de presentar fiebre o infección aguda moderada o grave en el momento de la vacunación, se recomienda esperar hasta que se resuelva la enfermedad.
- En pacientes que estén sufriendo agravamiento de alguna enfermedad crónica, como crisis asmática, agudización de patología cardiaca o renal, descompensación de diabetes, etc, hay que posponer la vacunación hasta que mejore el estado del paciente.
- Personas que hayan padecido un síndrome de Guillain-Barré (SGB) en las 6 semanas posteriores a una dosis previa de vacuna antigripal, aunque hay que valorar bien el riesgo-beneficio y estudiar cada caso de forma individualizada, ya que, aunque existe riesgo de que se produzca un SGB tras la administración de la vacuna, la probabilidad de que padecer este síndrome es mayor tras un cuadro de gripe.
Sí, aunque existe una excepción: en las personas con historia de reacción alérgica muy grave (anafilaxia) al huevo o a sus proteínas está contraindicada la administración de la vacuna antigripal atenuada intranasal, sin estar contraindicada en el resto de los grados de alergia. A estas personas se les vacunará con cualquiera de las vacunas inactivadas de la campaña. Sin embargo, esta vacuna no está autorizada en mayores de 17 años, por lo que no la administramos a los adultos. Para mayor información sobre este aspecto, se recomienda leer el documento de preguntas y respuestas sobre vacunacion antigripal y COVID-19 en niños para profesionales .
Se puede consultar en estos casos al Programa de Vacunaciones (Servicios Centrales 968362249; Servicios Municipales de Salud del Ayuntamiento de Murcia: 968247062; Servicio de Salud Pública de Cartagena: 968326676 y Lorca:968468300)
Aproximadamente 2 semanas tras la administración.
En el caso de la vacuna antigripal, hay que garantizar el mantenimiento de la cadena de frío hasta que se administra. Todas las vacunas antigripales disponibles esta campaña deben conservarse refrigeradas entre 2-8 º C y no deben congelarse.
En cuanto a las vacunas frente a SARS-CoV-2, todos los tipos disponibles en esta campaña se pueden conservar ultracongeladas un máximo de 18 meses y también pueden conservarse refrigeradas (2-8 ºC) como máximo 10 semanas. Las vacunas Comirnaty monovalente JN.1 (30 µg) y Comirnaty monovalente KP.2 (30 µg), tienen un periodo máximo de validez de 12 horas a temperatura ambiente (8-30ºC) en caso de estar el vial cerrado. Una vez se realiza la primera punción ha de conservarse entre 2-30 ºC, y se debe desechar el vial pasadas 12 horas.
Última actualización: 03/12/2024