MurciaSalud
Servicio de Epidemiología
Paludismo o malaria
La malaria o paludismo es una infección parasitaria producida por varios protozoos de la especie Plasmodium, que son transmitidos por mosquitos Anopheles.
Se trata de una enfermedad febril que puede cursar con escalofríos, dolor de cabeza, dolores y debilidad muscular, vómitos, tos, diarrea o dolor abdominal. La malaria grave, particularmente asociada a la infección por Plasmodium falciparum, produce postración, deterioro de la conciencia (que puede llegar a coma), convulsiones febriles, edema pulmonar y síndrome de dificultad respiratoria aguda, insuficiencia renal, shock, y otros síntomas de disfunción orgánica.
Por lo general la enfermedad empieza manifestándose con malestar general y fiebre, que desembocan en sudoración profusa y bajada de temperatura, evolucionando en ciclos que se repiten de forma diaria, en días alternos o cada tres días, en correspondencia con el ciclo vital del parásito en el interior de nuestro organismo.
El paludismo es transmitido por la picadura de mosquitos Anopheles infectados, aunque también puede producirse al recibir una transfusión de sangre de un donante infectado. No existe la transmisión por contacto directo con una persona infectada.
La malaria es endémica principalmente en África, donde se producen más del 90% de los casos en todo el mundo . También hay zonas de transmisión en zonas del Pacífico sudoeste, regiones selváticas de América del Sur, sudeste asiático y algunas partes de la India. En España el paludismo está eliminado desde 1964, y la práctica totalidad de casos detectados en nuestro territorio son importados de viajeros procedentes del extranjero. Por tanto, las medidas de prevención se recomiendan a aquellas personas que vayan a realizar un viaje a zonas endémicas. Deben tomarse medidas de protección frente a las picaduras de mosquitos, y se recomienda también la profilaxis medicamentosa. Sanidad Exterior ofrece un listado de países con las recomendaciones y/o requisitos para viajeros relativos a fiebre amarilla y paludismo.
Existen varios medicamentos antimaláricos que permiten un tratamiento específico de la infección. La malaria debe sospecharse en todos los cuadros febriles que tengan lugar en viajeros durante su visita a zonas endémicas o a su regreso.