MurciaSalud
Servicio de Epidemiología
Meningococo (Enfermedad meningocócica invasiva)
La enfermedad meningocócica es producida por una bacteria llamada Neisseria meningitidis, conocida como meningococo. Se trata de una enfermedad grave que puede causar una inflamación de las membranas que recubren el sistema nervioso central, las meninges. Aunque se puede tratar con antibióticos, esta infección puede ser letal u ocasionar secuelas a largo plazo.
Los síntomas de la enfermedad suelen aparecer de forma brusca, y consisten en fiebre, fuertes dolores de cabeza, náuseas, vómitos y rigidez en la nuca. Pueden producirse otras manifestaciones como letargia o fotofobia. La bacteria puede invadir el torrente sanguíneo (bacteriemia), que se acompaña característicamente de petequias, unas pequeñas manchas rojas en la piel. Finalmente, el cuadro puede evolucionar a shock séptico con fallo multiorgánico.
El meningococo se transmite mediante la emisión de gotas. Habitualmente el contacto con la bacteria no produce síntomas, u ocasiona algunos síntomas respiratorios banales, quedando el meningococo como parte de la microbiota que coloniza las vías respiratorias superiores, de forma que puede transmitirse a otras personas. En un pequeño porcentaje de los casos, el contagio evolucionará a enfermedad grave.
Existen algunas circunstancias que pueden incrementar el riesgo de que esto ocurra:
la presencia simultánea de otra infección respiratoria, la exposición al humo de tabaco, personas cuyo bazo ha sido extirpado o cuentan con algún problema en el mismo, personas que padecen de problemas inmunitarios relacionados con el sistema de complemento o toman un medicamento llamado eculizumab. La enfermedad es también más frecuente en lactantes, adolescentes y adultos jóvenes.
Actualmente la meningitis meningocócica es prevenible mediante vacunación. En el calendario vacunal para toda la vida se incluyen las vacunas frente a los serogrupos B, C, A, W e Y, que son aquellas variedades de la bacteria que producen enfermedad con más frecuencia. La vacunación frente a meningococo también se recomienda en adultos no vacunados anteriormente con algún factor de riesgo: deficiencia de properdina o deficiencias de factores terminales del complemento (incluyendo las que reciben o van a recibir eculizumab o ravulizumab), personas con asplenia o disfunción esplénica grave (anemia de células falciformes) y en aquellos con resección quirúrgica programada, trasplante de progenitores hematopoyéticos y personal de laboratorio (técnicos de laboratorio y microbiólogos) que trabaje con muestras potencialmente puedan contener N. meningititis.
Ante la aparición de un caso, las autoridades de salud pública realizan una identificación de todos los posibles contactos estrechos de este, a fin de administrarles un tratamiento antibiótico profiláctico. Según el serogrupo identificado en el caso, puede recomendarse la administración de vacuna antimeningocócica a aquellos contactos que no estén inmunizados.
El tratamiento habitualmente implica la administración urgente de antibióticos y tratamiento de soporte, con una vigilancia estrecha de los signos vitales y la evolución clínica, dado que la enfermedad puede complicarse con rapidez.