MurciaSalud
Servicio de Epidemiología
Botulismo
El botulismo es una enfermedad grave causada por una toxina producida por la bacteria Clostridium botulinum, aunque también pueden generarla algunas cepas de otras especies de Clostridium. La toxina del botulismo actúa bloqueando la conexión entre los nervios y músculos, inhibiendo su capacidad de contraerse.
La infección puede dar lugar a síntomas gastrointestinales, como náuseas, vómitos y diarrea, que dan paso a otros síntomas como visión borrosa y/o doble, dificultades al tragar o hablar y problemas para mover los ojos, y posteriormente una parálisis descendente que puede ocasionar dificultad respiratoria y la muerte, si no se proporciona tratamiento de apoyo. No obstante, la mayoría de pacientes se recuperan si se hace un diagnóstico correcto y se proporciona tratamiento inmediato, aunque la recuperación completa puede prolongarse meses.
El botulismo puede contraerse por la ingestión de la toxina, ya preformada en alimentos que han sido contaminados. Los alimentos que con más frecuencia ofrecen las condiciones para esta contaminación son las conservas procesadas de manera inadecuada. En cualquier caso, la toxina se inactiva si se somete el alimento a un calentamiento suficiente, por lo que el consumo de alimentos tradicionales que se procesan y se consumen sin cocinar supone un riesgo.
La ingesta directa de esporas de Clostridium botulinum, sin que haya presencia de toxina, puede derivar en una germinación de estas en el intestino de los lactantes, donde comienzan a producir la toxina. Los lactantes cuentan con un particular riesgo de este evento porque aún no tienen establecida la población habitual de bacterias que habitan el intestino humano y que podrían evitar el asentamiento de Clostridium. Se ha identificado la miel como una potencial fuente de esporas.
Las heridas abiertas contaminadas con tierra o grava pueden ser también una vía de entrada de la infección.
La elaboración de conservas caseras debe seguir una serie de recomendaciones como las que provee la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.
Los consumidores deben atender a las recomendaciones del fabricante para el almacenamiento de productos alimentarios. No se recomienda dar miel a los lactantes.
Los casos deben ser atendidos mediante hospitalización y seguimiento. El botulismo causado por heridas precisa de una limpieza meticulosa de estas. También existe una antitoxina que puede emplearse en el tratamiento.