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COVID-19
Aspectos epidemiológicos. Última actualización: . Revisión de la literatura:
Los casos pediátricos de infección por SARS-CoV-2 son, hasta la fecha, mucho menores que los de adultos.
En el informe del 28 de octubre de 2021 de la "American Academy of Pediatrics" sobre niños y COVID-19 (2) se notifican 6.396.278 casos infantiles totales de COVID-19, representando los niños el 16,6% (6.396.278/38.496.700) de todos los casos COVID-19 en Estados Unidos.Tasa general: 8,498 casos por cada 100.000 niños en la población
En España, los datos son superponibles: según los últimos datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) (27 octubre 2021), desde el inicio de la pandemia ha habido 1.031.418 casos confirmados en edad pediátrica (154.435 casos < 5 años; 204.451 casos con edad entre 5 y 9 años; y 672.532 casos en el grupo de edad 10-19 años) (3). Si tenemos en cuenta los casos notificados desde el inicio de la pandemia, los casos en edad < 19 años representan un 20,6% del total de casos notificados al Sistema para la Vigilancia en España (SiViEs).
En una revisión sistemática (4) (con 7.004 casos pediátricos) la edad media de los niños infectados fue de 6,5 años (IC del 95%: 5,20 a 7,75) con un aumento de la incidencia en base a la edad. El período de incubación medio agrupado fue de 9,57 días (IC del 95%: 7,70-11,44).
Susceptibilidad a la infección y transmisión del SARS-CoV-2 por niños y adolescentes en comparación con los adultos
La evidencia más reciente sugiere que los niños menores de 10 a 14 años tienen una menor susceptibilidad a la infección por SARS-CoV-2 que los adultos; los adolescentes parecen tener una susceptibilidad similar a los adultos (5,6).
La mayor probabilidad de contagio entre los niños ocurre en sus hogares (5,7) y el riesgo de infección parece ser mayor si el caso índice del hogar era la madre (6).
Es raro que los niños sean el caso índice en los grupos de transmisión de hogares. Además, varios estudios epidemiológicos observan que las tasas de ataque secundario son inferiores en niños que en adultos. En un metanálisis de 54 estudios de transmisión domiciliaria que incluyó a 77.758 participantes de varios países, la tasa de ataque secundario fue del 17% entre los contactos pediátricos (<18 años) y del 28% entre los contactos adultos (8).
Por otra parte, los niños menores de 5 años muestran tasas de ataque secundario más bajas en comparación con los niños mayores.
Sobre la capacidad de los menores de transmitir la infección a otras personas, atendiendo a la presencia de virus viable en muestras nasofaríngeas, la carga viral en vías respiratorias altas parece menor en la población menor de 20 años (9) (aunque se han observado casos con cargas virales de RNA del mismo orden que las que se detectan en adultos, incluso en neonatos).
Las infecciones entre niños y adolescentes suelen causar una enfermedad menos grave en comparación con los adultos. Si bien un curso de la enfermedad menos grave es un resultado positivo, los síntomas más leves pueden resultar en un menor número de pruebas y menos casos identificados. Por lo tanto, es importante considerar que los niños y adolescentes asintomáticos o con síntomas leves pueden transmitir la enfermedad y contribuir a la transmisión en la comunidad.
Transmisión de la infección en el contexto escolar
En un estudio de cohortes la tasa de ataque secundario fue del 1,2% en niños en la guardería o en la escuela (10).
En el informe del 3 de julio del Ministerio de Sanidad (1) sobre la enfermedad COVID-19 se informa que (en informes más recientes no se ha actualizado esta información):
- Transmisión niño-niño: con la evidencia disponible, se puede decir que la transmisión entre niños es menos eficiente para SARS-CoV-2 que para otras infecciones respiratorias como la gripe.
- Transmisión niño-adulto: parece por la evidencia disponible que los niños no son los transmisores primarios a los adultos en el contexto escolar. Hasta el momento no se han detectado casos secundarios adultos de niños enfermos en este entorno.
En general se puede concluir que existe evidencia de baja calidad, principalmente obtenida de estudios transversales y de prevalencia, que indica que, los colegios no son una fuente importante de contagios y que no existe certeza de que su cierre disminuya la incidencia de la pandemia en la población general o afecte de forma importante al porcentaje de casos graves (que requieren ingreso en UCI) ni a la mortalidad global por la COVID-19 (9).
Bibliografía
- Información científico-técnica: Enfermedad por coronavirus, COVID-19. Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Ministerio de Sanidad. Actualización, 3 de julio 2020 (Ver documento)
- Children and COVID-19: State Data Report. American Academy of Pediatrics and the Children"s Hospital Association Version: 10/28/21. (Ver documento)
- Informe nº 102. Situación de COVID-19 en España. Informe COVID-19. 27 de octubre de 2021 (Ver documento)
- Li B, Zhang S, Zhang R, Chen X, Wang Y, Zhu C. Epidemiological and Clinical Characteristics of COVID-19 in Children: A Systematic Review and Meta-Analysis. Front Pediatr. 2020 Nov 2;8:591132. (Ver documento).
- BMJ Best Practice: Coronavirus disease 2019 (COVID-19). Last updated: 14 Oct 2021. (Consultado el 02 noviembre 2021) (Ver documento)
- Viner RM, Mytton OT, Bonell C, Melendez-Torres GJ, Ward J, Hudson L, Waddington C, Thomas J, Russell S, van der Klis F, Koirala A, Ladhani S, Panovska-Griffiths J, Davies NG, Booy R, Eggo RM. Susceptibility to SARS-CoV-2 Infection Among Children and Adolescents Compared With Adults: A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA Pediatr. 2021 Feb 1;175(2):143-156. (Ver documento)
- Deville JG, Song E, Ouellette CP. Coronavirus disease 2019 (COVID-19): Clinical manifestations and diagnosis in children. This topic last updated: Oct 25, 2021. Edwards MS, ed. UpToDate. Waltham, MA: UpToDate Inc. (Consultado el 02 noviembre 2021) (Ver documento)
- Madewell ZJ, Yang Y, Longini IM Jr, Halloran ME, Dean NE. Household Transmission of SARS-CoV-2: A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA Netw Open. 2020 Dec 1;3(12):e2031756. (Ver documento)
- COVID-19 en Pediatría: valoración crítica de la evidencia. Comité/Grupo de Pediatría Basada en la Evidencia de la AEP y AEPap, 31 de marzo de 2021. (Ver documento)
- Macartney K, Quinn HE, Pillsbury AJ, Koirala A, Deng L, Winkler N, Katelaris AL, O'Sullivan MVN, Dalton C, Wood N; NSW COVID-19 Schools Study Team. Transmission of SARS-CoV-2 in Australian educational settings: a prospective cohort study. Lancet Child Adolesc Health. 2020 Nov;4(11):807-816. (Ver documento)
Más información
- EPICO-AEP es un registro epidemiológico nacional de las infecciones por SARS-CoV-2 en menores de 18 años. Este estudio recoge únicamente datos de niños hospitalizados con COVID-19 y los diagnósticos primarios relacionados han sido de mayor a menor frecuencia: infección leve (Infección respiratoria de vias altas/Síndrome gripal/Fiebre sin foco; 34%), síndrome broncopulmonar (neumonía, bronquitis, bronquiolitis; 30%), síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (14%) y síndrome gastrointestinal (10%). El 38% de los pacientes ingresados tenía comorbilidades. El 28% precisó oxigenoterapia, de los cuales un 8,4% ha precisado Cánula Nasal de Alto Flujo/CPAP y un 4,7% ventilación mecánica invasiva. De los pacientes hospitalizados, un 15,5% ha precisado ingreso en UCI, encontrando una mayor tasa de ingreso en UCI en caso de diagnóstico de SIM-PedS (64% de los pacientes con dicho diagnóstico), seguidos de neumonías (21% de dichos casos).
- Documento de preguntas y respuestas que facilita información de manera resumida sobre COVID-19, sobre las medidas de prevención, higiene y promoción de la salud en los centros educativos y sobre cómo se debe actuar cuando aparezcan casos o brotes de COVID-19 en los centros educativos: Preguntas y respuestas sobre la vuelta al cole. Ministerio de Sanidad, Gobierno de España. . (Ver documento)
¿Tienen mayor riesgo de infección grave? Última actualización: . Revisión de la literatura:
En general, según los datos disponibles hasta la fecha, los niños/as con COVID-19 tienen mejor pronóstico que las personas adultas; se registran menos casos graves que en adultos, y los casos leves se recuperan en 1-2 semanas desde del inicio de la enfermedad (1) ( en 3-6 semanas cuando la enfermedad ha sido grave o crítica). Por otra parte, un porcentaje no precisado pero significativo de infecciones son asintomáticas
Sin embargo, aunque en menor proporción que los adultos, también los niños pueden tener un curso grave de la enfermedad, sobre todo los menores de 1 año y en aquellos con factores de riesgo (1,2). [Ver más abajo]
En relación a este aspecto, se sugiere que los niños con ciertas afecciones subyacentes tienen un mayor riesgo de infección o enfermedad más grave: en torno al 80% de los niños con enfermedad grave o crítica tenían comorbilidades documentadas; entre las condiciones más comúnmente documentadas se incluyen la inmunosupresión/cáncer, la enfermedad cardiaca, la obesidad y la diabetes (3,4,5).
En un informe de los "Centers for Disease Control and Prevention" (CDC) sobre las personas con mayor riesgo de enfermedad grave (6) se indica que los niños con afecciones médicas subyacentes tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades graves en comparación con los niños sin afecciones médicas subyacentes. Y describen que, aunque la evidencia actual sobre qué condiciones médicas subyacentes en los niños se asocian con un mayor riesgo es limitada, los niños con las siguientes afecciones pueden tener un mayor riesgo de padecer enfermedades graves: obesidad, complejidad médica, trastornos genéticos graves, trastornos neurológicos graves, trastornos metabólicos hereditarios, enfermedad de células falciformes, enfermedad cardíaca congénita (desde el nacimiento), diabetes, enfermedad renal crónica, asma y otras enfermedades pulmonares crónicas, e inmunosupresión debida a malignidad o medicamentos que debilitan el sistema inmunológico.
En un amplio estudio transversal (43.465 pacientes con COVID-19 de 18 años o menos; edad media [rango intercuartílico] 12 [4-16] años) 12.491 (28,7%) tenían condiciones médicas subyacentes. Las enfermedades diagnosticadas con mayor frecuencia fueron asma (4.416 [10,2%]), trastornos del desarrollo neurológico (1.690 [3,9%]), trastornos relacionados con la ansiedad y el miedo (1.374 [3,2%]), trastornos depresivos (1.209 [2,8%]) y obesidad (1.071 [2,5%]). Los factores de riesgo más importantes para la hospitalización fueron la diabetes tipo 1 (cociente de riesgo ajustado [aRR], 4,60; IC del 95%, 3,91-5,42) y la obesidad (aRR, 3,07; IC del 95%, 2,66-3,54), y los factores de riesgo más fuertes para COVID-19 grave fueron diabetes tipo 1 (aRR, 2,38; IC del 95%, 2,06-2,76) y anomalías congénitas cardíacas y circulatorias (aRR, 1,72; IC del 95%, 1,48-1,99). La prematuridad fue un factor de riesgo de enfermedad grave por COVID-19 en niños menores de 2 años (aRR, 1,83; IC del 95%, 1,47-2,29). La enfermedad crónica y crónica compleja fueron factores de riesgo de hospitalización, con aRR de 2,91 (IC del 95%, 2,63-3,23) y 7,86 (IC del 95%, 6,91-8,95), respectivamente, así como para la enfermedad grave por COVID-19, con aRR de 1,95 (IC del 95%, 1,69-2,26) y 2,86 (IC del 95%, 2,47-3,32), respectivamente.
A diferencia de los adultos, los niños no parecen tener un mayor riesgo de enfermedad grave según la edad o el sexo (8).
Por otro lado, se ha descrito un síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico vinculado temporalmente a la infección por SARS-CoV-2 (conocido con las siglas SIM-PedS o PIMS) que podría ser una respuesta inflamatoria tardía a la infección, que aunque poco frecuente comporta una mayor gravedad y precisa en un alto porcentaje ingreso en UCI.
Respecto al riesgo de hospitalización, en España, según los últimos datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) , se han notificado 1.031.418 casos confirmados en edad <19 años desde el inicio de la pandemia (9); entre ellos 8.015 niños precisaron ingreso hospitalario (1,85% del total de hospitalizados), 444 niños en UCI, y se han registrado 36 defunciones (las defunciones notificadas a la RENAVE en estos grupos de edad disminuye a partir del informe 72 respecto a informes previos, después de una verificación y actualización de los datos de vigilancia realizada el 17 de marzo de 2021). Atendiendo a estos datos encontramos que el grupo de niños < 5 años es el que presenta el mayor porcentaje de hospitalizaciones.
En el Reino Unido, un estudio de cohorte observacional prospectivo encontró que los niños y adultos jóvenes representaban el 0,9% de todos los pacientes hospitalizados en ese momento. La mediana de edad de los niños ingresados en el hospital fue de 4,6 años, el 56% eran varones, el 35% tenían menos de 12 meses y el 42% tenía al menos una comorbilidad. La edad menor de 1 mes, la edad de 10 a 14 años y la raza negra fueron factores de riesgo para el ingreso en UCI (10).
En Estados Unidos, los niños representaron 1,4% - 3,2% del total de hospitalizaciones reportadas, y entre el 0,1% -1,9% de todos los casos infantiles de COVID-19 resultaron en hospitalización (11).
A nivel mundial, la tasa de letalidad en niños parece ser más alta en los países de ingresos bajos y medianos en comparación con los países de ingresos altos (4).
En una guía elaborada por el grupo de pediatría basada en la evidencia de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) (12) se abordan todos los aspectos relacionados con la enfermedad en la edad pediátrica: la epidemiología, la clínica, las pruebas diagnósticas, el tratamiento, la prevención y también las vacunas. Entre los datos epidemiológicos sobre mortalidad/letalidad que aporta destacamos:
- La tasa de mortalidad por COVID-19 en población pediátrica a nivel mundial es menor del 0,08% (calidad de la evidencia baja).
- La tasa de mortalidad por COVID-19 en población pediátrica de menos de 14 años en España es de 0,042/100 000 habs (calidad de la evidencia alta).
En cuanto a los factores de riesgo que predisponen a desarrollar la COVID-19 en la población pediátrica, tras la revisión de la evidencia encuentran que:
- Los niños con COVID-19 tienen niveles de vitamina D significativamente más bajos (13,14 µg/L [IC 95: 4,19 a 69,28]) que los controles (34,81 µg/L [IC 95: 3,8 a 77,42]) (calidad de la evidencia muy baja).
- Los niños asmáticos parece que tienen menor riesgo de infección por SARS-CoV-2 (calidad de la evidencia muy baja).
¿Cuáles son los factores de riesgo de evolución grave u hospitalización en niños y adolescentes? (1,12-14)
- Inmunodepresión: inmunodeficiencias primarias (excluido déficit selectivo de IgA) [no se ha confirmado claramente que los inmunodeprimidos tengan un riesgo elevado de enfermedad grave; no obstante, debe ser un grupo en el que se tendrá especial vigilancia], trasplante de órgano sólido o progenitores hematopoyéticos; pacientes hemato-oncológicos en tratamiento con quimioterapia; niños que reciban fármacos inmunosupresores o biológicos; niños con infección VIH con < 200 CD4).
- Cardiopatías. Cardiopatías con repercusión hemodinámica incluyendo: que requieren tratamiento médico, que asocien hipertensión pulmonar, postoperatorio de cirugía cardiaca o intervencionismo cardiaco; trasplante cardiaco o en espera de trasplante. Insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria, miocardiopatía
- Patología respiratoria crónica: fibrosis quística, displasia broncopulmonar, oxigenoterapia domiciliaria, traqueostomía, o ventilación mecánica domiciliaria; asma grave.
- Otros: diálisis; drepanocitosis; diabetes tipo 1 con mal control metabólico; malnutrición severa, intestino corto, epidermólisis bullosa, encefalopatías graves, miopatías, errores congénitos del metabolismo, obesidad en adolescentes.
Criterios de ingreso en planta de hospitalización (al menos uno) (1,12-14):
- Edad menor de 1 mes con fiebre (descartar otras posibles causas)
- Edad 1- 3 meses: se valorará cuidadosamente a este grupo de edad. No obstante, si la situación clínica es buena, podrán ser enviados a domicilio con llamadas telefónicas diarias y normas claras de actuación por escrito. Se ha de valorar cuidadosamente a los menores de un año. Es el grupo con más incidencia de complicaciones.
- Valorar cuidadosamente a los menores de 1 año, que pueden tener más complicaciones.
- Cualquier factor de riesgo de los mencionados arriba. Se valorará de forma individualizada la posibilidad de manejo ambulatorio en aquellos pacientes que cumplan criterios de infección no complicada
- Valorar ingreso en neumonías de aspecto viral, sobre todo bilaterales y con fiebre persistente, especialmente con linfopenia.
- Hipoxemia (SaO2 < 92%) o dificultad respiratoria moderada/grave
- Mal estado general, letargia.
- Rechazo alimentación.
- Pausas de apnea.
- Sospecha de SIM-PedS que no precise ingreso en Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP).
Criterios de valoración por UCIP:
En torno a 9 de cada 100 niños ingresados por COVID-19 precisan ingreso en cuidados intensivos por alguna complicación y de ellos, algo menos de un tercio necesitan ventilación mecánica invasiva o drogas vasoactivas (12).
Se debe valorar el ingreso en UCIP si el paciente tiene una infección de vías bajas con criterios de gravedad, o con manifestaciones extrapulmonares asociadas a cuadros graves y/o presenta un deterioro progresivo. También si el paciente presenta sepsis, shock séptico, fallo multiorgánico o síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), o requiere medidas de soporte, como ventilación asistida.
Los criterios para valoración por UCIP que se describen en los documentos consultados (13,14) son:
- Polipnea/dificultad respiratoria severa mantenida a pesar de optimizar tratamiento.
- SatO2 < 92% con FiO2 ≥ 0,5 (con mascarilla con reservorio).
- Acidosis respiratoria aguda (hipercapnia >55 mmHg y/o pH<7,30). La hipercapnia es rara. Es más frecuente la hipoxemia.
- Apneas recurrentes
- Aspecto séptico, signos de shock, fallo multiorgánico
- Alteración del nivel de conciencia y/o sospecha de fallo de centro respiratorio (hipoventilación central)
Bibliografía
- Documento técnico. Manejo pediátrico en atención primaria del COVID-19. Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación. Ministerio de Sanidad.Versión del 18 de noviembre de 2020. (Ver documento)
- Información científico-técnica: Enfermedad por coronavirus, COVID-19. Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Ministerio de Sanidad. Actualización, 15 de enero 2021.(Ver documento)
- BMJ Best Practice: Coronavirus disease 2019 (COVID-19). Last updated: 14 Oct 2021. (Consultado el 02 noviembre 2021) (Ver documento)
- Shekerdemian LS, Mahmood NR, Wolfe KK, Riggs BJ, Ross CE, McKiernan CA, Heidemann SM, Kleinman LC, Sen AI, Hall MW, Priestley MA, McGuire JK, Boukas K, Sharron MP, Burns JP; International COVID-19 PICU Collaborative. Characteristics and Outcomes of Children With Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) Infection Admitted to US and Canadian Pediatric Intensive Care Units. JAMA Pediatr. 2020 Sep 1;174(9):868-873. (Ver documento)
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- Informe nº 102. Situación de COVID-19 en España. Informe COVID-19. 27 de octubre de 2021 (Ver documento)
- Swann OV, Holden KA, Turtle L, Pollock L, Fairfield CJ, Drake TM, Seth S, Egan C, Hardwick HE, Halpin S, Girvan M, Donohue C, Pritchard M, Patel LB, Ladhani S, Sigfrid L, Sinha IP, Olliaro PL, Nguyen-Van-Tam JS, Horby PW, Merson L, Carson G, Dunning J, Openshaw PJM, Baillie JK, Harrison EM, Docherty AB, Semple MG; ISARIC4C Investigators. Clinical characteristics of children and young people admitted to hospital with covid-19 in United Kingdom: prospective multicentre observational cohort study. BMJ. 2020 Aug 27;370:m3249. (Ver documento)
- Children and COVID-19: State Data Report. American Academy of Pediatrics and the Children"s Hospital Association Version: 6/3/21. (Ver documento)
- COVID-19 en Pediatría: valoración crítica de la evidencia. Comité/Grupo de Pediatría Basada en la Evidencia de la AEP y AEPap, 31 de marzo de 2021. (Ver documento)
- Documento de manejo clínico del paciente pediátrico con infección por SARS-CoV-2. Asociación Española de Pediatría, Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP), Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP), Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (SECIP). Actualización: 26 de noviembre de 2020. (Ver documento)
- Documento técnico: Manejo clínico del COVID-19: atención hospitalaria. Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación. Ministerio de Sanidad. Versión del 18 de junio de 2020. (Ver documento)
Pruebas diagnósticas de infección activa por SARS-COV-2 (PDIA) en pacientes sintomáticos. Última actualización: . Revisión de la literatura:
Ante todo caso, que sea considerado como sospechoso se recomienda la realización de una prueba diagnóstica de infección activa (PDIA) para la detección de infección por SARS-CoV-2, siendo las estrategias de detección y control semejantes a las utilizadas en la población adulta.
En el momento actual, se dispone de dos PDIA por SARS-CoV-2: una prueba rápida de detección de antígenos (Ag) y una detección de ARN viral mediante una RT-PCR o una técnica molecular equivalente.
En ambas pruebas, las muestras recomendadas para el diagnóstico de infección activa de SARS-CoV-2 son del tracto respiratorio superior: exudado preferiblemente nasofaríngeo y orofaríngeo, o solo exudado nasofaríngeo.
Ante un paciente con síntomas compatibles de infección por SARS-CoV-2 solicitaremos una prueba u otra en función del tiempo de evolución de los síntomas:
- Síntomas de 5 días o menos de evolución: se le realizará un test rápido de detección de Ag (siempre que no tenga una RT-PCR o IgG positiva en los últimos 3 meses). Si el resultado es positivo, se confirma el caso de infección por SARS-CoV-2. Si el resultado es negativo, se realizará una prueba RT-PCR sin demora (a la mayor brevedad posible).
- Síntomas de más de 5 días de evolución: la PDIA de elección en el momento actual es la RT-PCR. En caso de resultado positivo se confirma la infección por SARS-CoV-2. En caso de resultado negativo sin alta sospecha de COVID-19, se descartaría esta infección, pero si la sospecha es alta se debería realizar otra RT-PCR a las 48 horas de la primera.
En cualquiera de los dos casos si la segunda PDIA (PCR) es negativa y sigue habiendo alta
sospecha de COVID-19, se podría valorar la realización de INP Infectología pediátrica y/o serología Elisa (si han trascurrido al menos 7 días desde el inicio de los síntomas).
Bibliografía
- Manejo pediátrico en atención primaria de COVID-19. Adaptación para el SMS. Actualizado a 3 de mayo de 2021.(Ver documento)
- Recomendaciones FACME para el diagnóstico clínico COVID-19: Diagnóstico clínico del paciente COVID-19 en pediatría. (Ver documento)
¿Cuáles son las características clínicas más frecuentes? Última actualización: . Revisión de la literatura:
Hasta ahora la evidencia sugiere que la mayoría de los casos sintomáticos en niños se describen como leves, pero también se han informado casos graves de la enfermedad e incluso casos mortales (1-4). Es escasa la información sobre el curso clínico de la enfermedad en los adolescentes.
La clínica leve o ausencia de síntomas en niños se observa incluso con carga viral alta e incluso en presencia de alteraciones radiológicas importantes.
En relación al tipo de manifestaciones clínicas destacar el importante número de casos de niños con infección por SARS-CoV-2 que cursan la enfermedad de forma asintomática (en una revisión sistemática se estima una que la infección asintomática representa el 15,6% [IC del 95%: 10,1–23,0%] de todos los casos confirmados; sin embargo, en población infantil la prevalencia agrupada de infección asintomática fue del 27,7% [IC del 95%: 16,4–42,7%] (5)).
La fiebre y la tos son los síntomas más comunes informados en los niños. Otros síntomas menos comunes incluyen dolor de garganta, congestión nasal y rinorrea. En relación a los adultos, la fiebre, la tos, la pérdida del apetito y la disnea son menos frecuentes en los niños que en los adultos pero suelen presentar síntomas gastrointestinales con más frecuencia que los adultos (especialmente los recién nacidos y los bebés en los que pueden ser el único síntoma). Algunos síntomas son más específicos en la población infantil y adolescente, como la acrocianosis. También las coinfecciones pueden ser más comunes en los niños.
Además, se ha informado una presentación aguda en niños y adolescentes con un síndrome hiperinflamatorio que conduce a insuficiencia multiorgánica y shock, definido como "Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico" temporalmente asociado con el SARS-CoV-2" (ver más abajo información ampliada sobre este cuadro).
En estudios observaciones la presencia de síntomas gastrointestinales al ingreso se han asociado con enfermedad grave en niños (4).
En una cohorte de 2.463 niños canadienses a los que se les hizo la prueba del SRAS-CoV-2 en el entorno comunitario, el 64% tenía síntomas (6). Entre los niños sintomáticos, la alteración del gusto o del olfato, las náuseas o los vómitos y el dolor de cabeza fueron los síntomas que más se asociaron con un resultado positivo para infección por SARS-CoV-2: anosmia / ageusia cociente de probabilidad (CP) positivo de 7,33; náuseas / vómitos CP positivo 5,51; dolor de cabeza CP positivo 2,49; y fiebre CP positivo 1,68.. El CP positivo para la combinación de anosmia / ageusia, náuseas / vómitos y dolor de cabeza fue 65,92 (IC del 95%: 49,48-91,92).
Datos sobre las características clínicas que aportan revisiones sistemáticas de estudios observacionales:
- En una revisión sistemática publicada el 20 de noviembre de 2020 (7), con objetivo de revisar la evidencia disponible sobre los aspectos clínicos de los recién nacidos (hasta los 28 días tras el nacimiento) con infección por SARS-CoV-2, incorporó 35 estudios con un total de 68 neonatos evaluados (9 de ellos prematuros). De acuerdo con los resultados, los hallazgos clínicos más comunes en el período neonatal son: dificultad respiratoria (73%), fiebre (63%), síntomas neurológicos (letargo, irritabilidad) y síntomas gastrointestinales (en forma de diarrea e intolerancia alimentaria y distensión abdominal, 50%). No hubo casos de fatalidad en ningún recién nacido debido a la COVID-19 (en un caso se produjo la muerte por prematuridad).
- En otra revisión sistemática sobre aspectos epidemiológicos de la COVID-19 en niños menores de 5 años (8) incluyó 65 estudios con un total de 1.214 casos de COVID-19 confirmado con RT-PCR. Se extrajeron síntomas clínicos detallados de 196 niños: la fiebre (75/196, 38%) fue el síntoma informado con mayor frecuencia seguido de cualquier síntoma de las vías respiratorias superiores (69/196, 35%); se notificaron síntomas gastrointestinales (GI) en 7,7% de los niños (15/196). La gravedad de la enfermedad (leve, moderada o grave) fue extraíble en 345 niños: la mayoría fueron enfermedades leves (n = 155, 44,9%); 22 casos requirieron simplemente oxigenoterapia y 4 casos requirieron asistencia ventilatoria invasiva.
- Otras revisiones sistemáticas (9-11) que incluyen niños de diferentes grupos de edad observan de forma similar que: los síntomas de presentación más frecuentes fueron la fiebre y la tos; un importante porcentaje de niños fueron casos asintomáticos (13-28%); y la mayoría de los niños presentaron un cuadro clínico leve-moderado.
En una guía sobre la evidencia de la COVID-19 en pediatría, elaborado por el grupo de pediatría basada en la evidencia de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) (12), se establecen como conclusiones en relación al cuadro clínico en niños que:
- La fiebre y la tos son los síntomas más frecuentes en los pacientes COVID-19.
- Los síntomas aislados asociados a infecciones del tracto respiratorio superior (con rinorrea-congestión nasal y odinofagia) fueron los más notificados. El síntoma del tracto respiratorio inferior más frecuente fue la dificultad respiratoria/ disnea y a nivel digestivo el dolor abdominal.
- Los síntomas generales más frecuentes fueron la fatiga o alteración del estado general y a nivel neurológico la cefalea.
- Se describieron exantemas y afectación de mucosas.
- Algunos síntomas aislados (anosmia/ ageusia, náuseas/ vómitos, cefalea y fiebre) permiten predecir en cierto modo la presencia de una prueba positiva para COVID-19, pero el mejor valor se obtiene cuando todos estos síntomas se presentan asociados, con un aumento del riesgo de tener una RT-PCR positiva para COVID-19 de 66 veces para la combinación de anosmia/ ageusia, náuseas/ vómitos y cefalea.
- Los síntomas asociados a mayor riesgo de ingreso son la presencia de disnea, de fiebre, vómitos y dolor abdominal.
- El paciente con datos de gravedad con infección o con antecedente de exposición a COVID-19, puede presentar un cuadro clínico de Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico temporalmente asociado con el SARS-CoV-2 (SIM-PedS); es importante recordar que los pacientes con SIM-PedS no siempre presentan RT-PCR positiva para COVID-19 [ver más abajo].
¿Existen secuelas o complicaciones clínicas de la infección por SARS-CoV-2/ COVID-19 en la edad pediátrica? (12)
- Una de las complicaciones más estudiadas en pediatría ha sido el SIM-PedS, que es un cuadro clínico similar a la Enfermedad de Kawasaki, aunque cursa en general con mayor componente de sintomatología digestiva y de hipotensión o shock (en relación con miocarditis y disfunción ventricular). Se ha descrito en el 11-12% de los pacientes ingresados y en el 34% de los ingresados en UCI [ver más abajo].
- El SDRA aparece en 7 de cada 100 niños ingresados por COVID-19 y en el 28% de los ingresados en UCI.
- La enfermedad tromboembólica está poco descrita y, con los datos disponibles, se diagnostica en 1-4 de cada 100 pacientes hospitalizados.
- Las complicaciones neurológicas como encefalitis o convulsiones aparecen en torno a un 12 y un 3% respectivamente de los pacientes con COVID-19 grave.
- Otras complicaciones sólo han sido descritas de forma anecdótica.
- Se han publicado escasos casos pediátricos con síntomas persistentes meses tras la enfermedad aguda (dolor torácico, disnea, fatiga, tos, síntomas digestivos, dolores óseos o musculares, síntomas neuropsicológicos).
- No se han encontrado datos sobre otras posibles complicaciones o secuelas a largo plazo de la COVID-19 en pacientes pediátricos.
Bibliografía
- Información científico-técnica: Enfermedad por coronavirus, COVID-19. Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Ministerio de Sanidad. Actualización, 28 de octubre 2021.(Ver documento)
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- COVID-19 en Pediatría: valoración crítica de la evidencia. Comité/Grupo de Pediatría Basada en la Evidencia de la AEP y AEPap, 31 de marzo de 2021. (Ver documento)
¿Cuáles son los hallazgos más frecuentes en las pruebas de laboratorio e imagen? Última actualización: . Revisión de la literatura: 11/06/2021
No se han descrito alteraciones analíticas y radiográficas específicas en población infantil afectada por COVID-19 (1,2).
Alteraciones analíticas
Las alteraciones analíticas encontradas corresponden a marcadores inespecíficos de infección e inflamación, siendo más frecuentes en pacientes sintomáticos que asintomáticos (3)
La IFCC ("International Federation of Clinical Chemistry and Laboratory Medicine") recomienda las siguientes pruebas de laboratorio en los pacientes pediátricos con infección por SARS-CoV-2:
- En pacientes asintomáticos es poco probable que sea necesaria la determinación de marcadores hematológicos o bioquímicos.
- En los pacientes sintomáticos, la realización de un hemograma y marcadores de inflamación (proteína C reactiva y/o ferritina), y determinación de D-dímero pueden estar indicados.
- Dada la frecuencia de coinfecciones con patógenos bacterianos puede ser recomendable la determinación de procalcitonina.
En general que las alteraciones analíticas en los niños son menos frecuentes y más inespecíficas que en adultos (3) (por ejemplo la linfopenia, marcador bioquímico en adultos con COVID-19, sólo aparece en un 10,8-21% de los pacientes pediátricos sintomáticos).
No existen datos suficientes para conocer qué alteraciones analíticas se asocian con mayor gravedad, aunque la elevación de marcadores de inflamación (proteína C reactiva, procalcitonina, dímero D y ferritina), la linfopenia y el índice neutrófilos/linfocitos parecen asociarse más frecuentemente a los casos graves (recomendación débil, muy bajo grado de evidencia) (3).
Alteraciones en las pruebas de imagen
La alteración de la radiografía de tórax más frecuente en niños con COVID-19 es el patrón con opacidades en vidrio esmerilado y su localización en lóbulos inferiores. Otros hallazgos son los infiltrados parcheados irregulares (3).
Los hallazgos ecográficos consisten en engrosamiento pleural y líneas B fundamentalmente (3).
En el TC torácico los niños no suelen presentar alteraciones o estas son leves. En el caso de afectación, los hallazgos más comunes en los niños son la opacidad irregular en vidrio esmerilado y, con menos frecuencia, las áreas de consolidación, sombras en parches inespecíficos, y un signo de halo; las alteraciones son más frecuentes en los lóbulos inferiores y son predominantemente unilaterales. El derrame pleural es raro.
Se ha descrito que los niños pueden tener signos de neumonía en las imágenes del tórax a pesar de no tener síntomas o tener síntomas mínimos.
Un metaanálisis (3) sobre los hallazgos en el TC de torácico en población pediátrica incluyó 29 artículos con un total de 1.026 niños con COVID-19 confirmado por laboratorio. El 36% tenía hallazgos normales y el 28% tenía lesiones bilaterales. Los hallazgos de TC de tórax pediátricos más típicos de la COVID-19 fueron opacidades en vidrio deslustrado (37%) y la presencia de consolidaciones o infiltrados neumónicos (22%). En general, los hallazgos tomográficos en niños con COVID-19 fueron menos frecuentes y menos graves que en pacientes adultos.
En base a los hallazgos observados se propone en una guía sobre la COVID-19 en pediatría que (3):
- Hay un alto porcentaje de pacientes pediátricos con diagnóstico de COVID-19 con radiografía (Rx) de tórax y tomografía computerizada (TC) torácico sin alteraciones, (40-77%), por lo que no estaría indicado su uso en casos asintomáticos y leves.
- No se recomienda realizar TC torácica en los menores de 18 años con COVID-19, excepto en casos graves con compromiso respiratorio. (Recomendación fuerte, bajo grado de evidencia).
- La ecografía a pie de cama puede ser una alternativa al uso de Rx tórax y de la TC, en manos de clínicos entrenados; es una técnica ágil, accesible y no invasiva. Además, evita la radiación y minimiza los riesgos de dispersión del virus al disminuir los desplazamientos del paciente (recomendación débil, muy bajo grado de evidencia).
Datos que aportan revisiones sistemáticas de estudios observacionales sobre los hallazgos en las pruebas de laboratorio e imagen:
En una revisión sistemática publicada en febrero de 2021 (4), se incluyeron 48 estudios con un total de 5.829 casos pediátricos evaluados. Los hallazgos de laboratorio más comunes fueron glóbulos blancos normales, en el 69% de los casos con linfopenia solo en el 16% de los casos; la creatina quinasa MB (CK-MB) elevada la presentaron el 37% de los niños. Las características de imagen más frecuentes fueron las imágenes normales (41%) y, en el caso de alteración, la opacidad en vidrio esmerilado (36%).
Otra amplia revisión sistemática (5) (se incluyeron 129 estudios de 31 países que comprendían 10.251 niños) informa que: el 44,1% de los casos de que se se disponía de datos tenían anomalías radiológicas; las opacidades en vidrio esmerilado (27,4%) fueron la anomalía notificada con más frecuencia. El análisis agrupado de los datos disponibles reveló un aumento de la proteína C reactiva (54,2%), ferritina sérica (46,7%), lactato deshidrogenasa (36,5% ) y dímero D (35,2%) como las anomalías más frecuentes. Otras anomalías notificadas incluyeron velocidad de sedimentación globular elevada, linfopenia, procalcitonina y biomarcadores de lesión de órganos, incluidos niveles elevados de péptido natriurético de tipo pro B, troponina y CK-MB.
Y en otra revisión sistemática (6) con datos de 2.874 niños con COVID-19 las pruebas de laboratorio mostraron que solo el 5,5% de los pacientes presentaban linfopenia, que es muy común en los adultos con COVID-19.; la prevalencia combinada de leucopenia fue del 7,3%, mientras que se encontraron valores elevados de proteína C reactiva, de LDH, de creatincinasa MB, de AST y de velocidad de sedimentación globular alta en el 14,0% , 17,4%, 43%, 12,3% y 29,7% (IC del 95%: 10,0% -53,3%), respectivamente.y el nivel de proteína C reactiva fue alto en el 14,0% de los pacientes . La TC de tórax mostró lesiones unilaterales y bilaterales, y opacidad en vidrio deslustrado en el 29,4% , 24,7% y 32,9%, respectivamente; fue normal en aproximadamente el 36,0% de los niños.
Bibliografía
- BMJ Best Practice: Coronavirus disease 2019 (COVID-19). Last updated: 14 Oct 2021. (Consultado el 02 noviembre 2021) (Ver documento)
- Deville JG, Song E, Ouellette CP. Coronavirus disease 2019 (COVID-19): Clinical manifestations and diagnosis in children. T Oct 25, 2021. Edwards MS, ed. UpToDate. Waltham, MA: UpToDate Inc. (Consultado el 02 noviembre 2021) (Ver documento)
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- Cui X, Zhao Z, Zhang T, Guo W, Guo W, Zheng J, Zhang J, Dong C, Na R, Zheng L, Li W, Liu Z, Ma J, Wang J, He S, Xu Y, Si P, Shen Y, Cai C. A systematic review and meta-analysis of children with coronavirus disease 2019 (COVID-19). J Med Virol. 2021 Feb;93(2):1057-1069. (Ver documento)
- Irfan O, Muttalib F, Tang K, Jiang L, Lassi ZS, Bhutta Z. Clinical characteristics, treatment and outcomes of paediatric COVID-19: a systematic review and meta-analysis. Arch Dis Child. 2021 Feb 16:archdischild-2020-321385. (Ver documento)
- Qi K, Zeng W, Ye M, Zheng L, Song C, Hu S, Duan C, Wei Y, Peng J, Zhang W, Xu J. Clinical, laboratory, and imaging features of pediatric COVID-19: A systematic review and meta-analysis. Medicine (Baltimore). 2021 Apr 16;100(15):e25230. (Ver documento)
Manejo terapéutico del niño y adolescente con COVID-19. Última actualización: . Revisión de la literatura:
Por el momento no existe un tratamiento específico. Se realiza tratamiento sintomático en los casos leves y moderados, tratamiento con antivirales o inmunomoduladores en casos moderados y graves y/o si presentan factores de riesgo; además de medidas de soporte o tratamiento de complicaciones en casos graves (1).
En caso de infección no complicada, si las condiciones familiares lo permiten, se recomienda su atención domiciliaria con instrucciones claras sobre la actuación en caso de empeoramiento (2). Los casos de niños/as que presentan factores o patologías de riesgo en caso de infección por SARS-CoV-2 , o tienen criterios de ingreso o criterios de gravedad (ver abajo) se derivarán a un centro hospitalario, previa comunicación con el centro hospitalario de referencia
Destacar la importancia de la identificación temprana de aquellos niños con manifestaciones graves lo cual permite tratamientos de apoyo optimizados inmediatos y un ingreso (o derivación) seguro y rápido a la UCIP.
Criterios clínicos de gravedad (1):
- Dificultad respiratoria con o sin sibilancias asociadas
- Taquipnea: ≥60 rpm, < 2 meses; ≥ 50 rpm, 2-12 meses; ≥40 rpm, 1-5 años; ≥30 rpm, >5 años (sin llanto o fiebre).
- Retracciones o tiraje supraesternal, supraclavicular, inter o subcostal, aleteo nasal, roncus o sibilancias audibles sin fonendoscopio, cianosis, saturación de O2 < 92%.
- Gastrointestinales: Vómitos frecuentes, diarrea con signos o sospecha de deshidratación, rechazo de la alimentación, hipoglucemia…
- Neurológicos: Confusión, letargia…
- Sospecha de SIM-PedS asociado a SARS-CoV-2:
- Cuadro clínico compatible con miocarditis, shock séptico o shock tóxico.
- Fiebre y dolor abdominal o exantema cutáneo o conjuntivitis compatible con enfermedad de Kawasaki completa o incompleta.
Tratamiento farmacológico de la infección (2):
No existe actualmente evidencia procedente de ensayos clínicos controlados para recomendar un tratamiento específico para el SARS-CoV-2 en niños con sospecha o confirmación de COVID-19.
Sin embargo, con los conocimientos actuales,se pueden hacer ciertas recomendaciones de tratamiento que se detallan a continuación:
- En casos leves (no hipoxemia, no dificultad respiratoria o leve): tratamiento sintomático (ver nota 1 y 2). Actitud: alta a domicilio salvo grupos de riesgo.
- En caso de cuadro clínico moderado (hipoxemia y/o dificultad respiratoria moderada) con radiografía de tórax normal: tratamiento sintomático (ver notas 1 y 2). Actitud: ingreso sin tratamiento antiviral
- En caso de cuadro clínico moderado (hipoxemia y/o dificultad respiratoria moderada) con radiografía de tórax anormal (cualquier infiltrado): tratamiento sintomático (ver notas 1 y 2), se podría valorar el uso de corticoides si hipoxemia. Actitud: Ingreso valorando tratamiento antiviral con remdesivir.
- En casos graves (hipoxemia grave, dificultad respiratoria grave, mal aspecto, shock, fallo multiorgánico): tratamiento sintomático (ver notas 1 y 2); valorar el uso de corticoides. Actitud: Ingreso valorando el uso de remdesivir y otros inmunomoduladores (tocilizumab, anakinra,...) en caso de progresión clínica.
Notas:
- Antibioterapia empírica si se sospecha coinfección o sobreinfección bacteriana.
- Valorar individualmente el uso de antimicrobianos frente a SARS-CoV-2 distintos de remdesivir o remdesivir fuera de las indicaciones establecidas en este documento en el contexto de ensayos clínicos.
Aspectos específicos sobre farmacología:
Antibioterapia empírica:
No está indicada la administración sistemática de antibióticos. Se valorará en función de la gravedad del cuadro clínico y de la sospecha de sobreinfección bacteriana:
- Si hay sospecha de sobreinfección bacteriana (leucocitosis y elevación de proteína C reactiva o procalcitonina), seleccionar la antibioterapia empírica según las distintas guías y la epidemiología local. Por ejemplo, en el caso de sospecha de neumonía bacteriana no complicada, iniciar amoxicilina vo o ampicilina IV. Se debe recoger estudio microbiológico siempre que sea posible antes del inicio y no olvidar suspender o ajustar según los resultados.
- Si hay sospecha de sepsis y shock séptico se empleará antibioterapia IV empírica según la clínica, edad, características del paciente y epidemiología local,siendo en este caso fundamental que se administre en la primera hora o cuanto antes sea posible. Se valorará la situación previa del paciente (paciente sano o con comorbilidades, ventilación mecánica, etc.), ajustándose a las características de cada caso.
Tocilizumab:
En el momento actual se recomienda restringir su uso dados los ensayos clínicos que no han demostrado ningún beneficio. No hay datos en menores de 2 años.
Se planteará en pacientes graves (preferiblemente en UCIP), con progresión clínica y con elevación de IL-6 por encima de los valores del laboratorio de referencia (en general >35 pg/mL) y/o dímero D (>400 ng/mL o en progresivo aumento, siendo este uno de los datos más importantes a tener en cuenta). Las dosis empleadas en síndrome de liberación de citoquinas por CAR-T cells son:
- <30 kg: 12 mg/kg/iv (diluir hasta 50 cc con SSF y administrar en 1 hora).
- ≥30 kg: 8 mg/kg/iv (diluir hasta 100 cc con SSF y administrar en 1 hora). Dosis máxima: 800 mg por infusión.
Se empleará en dosis única. En situaciones excepcionales con una respuesta favorable se podría valorar una segunda infusión 12 horas después de la primera. En el momento actual, se tiende a emplear la dosis de 8 mg/kg/iv, incluso si pesa menos de 30 kg, para evitar posibles reacciones de hipersensibilidad.
Su uso se ha asociado a un incremento en el riesgo de infecciones, incluidas infecciones oportunistas (p.ej., Aspergillus spp.), por lo que requiere una vigilancia estrecha.
Corticoides sistémicos e inmunomoduladores:
Al igual que en adultos los corticoides sistémicos no están recomendados de forma general; se valorará su uso de forma individualizada.
Se puede valorar su uso en casos de SARS, shock séptico, encefalitis, síndrome hemofagocítico, fallo respiratorio agudo con necesidad de ventilación mecánica, SIM-PedS y cuando exista un broncoespasmo franco con sibilancias (en este caso se realizará manejo habitual de los episodios de broncoespasmo). Adicionalmente, se podría valorar su uso en caso de pacientes con hipoxemia que presentan empeoramiento respiratorio progresivo y >5-7 días desde el inicio de los síntomas.
En caso de indicarse se recomienda: metilprednisolona intravenosa (1-2 mg/kg/día) durante 3 a 5 días.
El papel de la dexametasona en niños y el momento de su administración están por dilucidar. Extrapolando la dosis utilizada en el ensayo RECOVERY, podría utilizarse dexametasona 0,15 mg/kg cada 24 horas (máximo 6 mg/día) hasta un máximo de 10 días. Siempre que sea posible debería ser empleada en el contexto de ensayos clínicos.
Inmunoglobulinas intravenosas:
Se han empleado en casos graves pero su indicación y eficacia debe ser evaluada. Las dosis recomendadas son: 2 g/kg en dosis única, 1 g/kg/día en 2 días, o 400 mg/kg/día, 5 días. Valorar cuidadosamente por el riesgo de sobrecarga de volumen.
Estarían especialmente indicadas en el tratamiento del SIM-PedS.
Anticoagulación:
Hasta la fecha, hay pocos casos pediátricos con COVID-19 que hayan desarrollado complicaciones tromboembólicas, por lo que parece que el riesgo en niños es menor que el observado en adultos. Se podría considerar individualmente la profilaxis con heparina de bajo peso molecular (enoxaparina) en caso de pacientes con factores de riesgo de trombosis (p.ej., enfermedad oncológica activa, antecedentes familiares o personales de eventos tromboembólicos, obesidad…), en pacientes con disfunción severa de ventrículo izquierdo (FE < 30%) o en pacientes graves con imposibilidad de deambulación, especialmente en niños mayores de 12 años y adolescentes.
En caso de enfermedad tromboembólica venosa cambiar a dosis de tratamiento, con ajuste de la dosis según los niveles de anti-Xa.
Dosis de enoxaparina:
- Edad < 2 meses: Dosis de profilaxis 0,75 mg/kg/dosis c/12h; dosis de tratamiento 1,5 mg/kg/dosis c/12h.
- Edad ≥ 2 meses: Dosis de profilaxis 0,5 mg/kg/dosis c/12h o 1 mg/kg/dosis c/24h; dosis de tratamiento 1 mg/kg/dosis c/12h.
Tratamiento antiviral específico:
En el momento actual, no hay información científica que avale la utilidad de lopinavir/ritonavir, azitromicina ni hidroxicloroquina en el tratamiento de la infección por SARS-CoV-2.
Actualmente remdesivir es el único antiviral que ha demostrado un beneficio clínico, aunque discreto. Podría ser una opción terapéutica en pacientes pediátricos con una infección grave o moderada asociada a hipoxemia. Las dosis propuestas para la población pediátrica son:
- < 40 Kg de peso: dosis de carga el primer día de 5 mg/kg iv seguido de una dosis de mantenimiento de 2,5 mg/kg iv al día desde el día 2 al día 5.
- ≥ 40 kg de peso: igual que adultos: dosis de carga el primer día de 200 mg/iv seguido de una dosis de mantenimiento de 100 mg/iv al día desde el día 2 al día 5.
La EMA recomienda en la actualidad realizar tratamientos de 5 días, así como su uso precoz en pacientes hospitalizados con hipoxemia. En casos graves, en UCIP, con carga viral persistente, de no objetivarse mejoría clínica, podría valorar prolongarse hasta un total de 10 días.
En relación al tratamiento antiviral el sumario de evidencia de Uptodate (3), sobre el manejo del niño establece :
- Las decisiones con respecto a la terapia antiviral deberían individualizarse de acuerdo con la gravedad de la enfermedad, la evolución clínica y las condiciones subyacentes que pueden aumentar el riesgo de progresión
- Cuando se toma la decisión de utilizar la terapia antiviral en un niño que no puede inscribirse en un ensayo clínico, se sugiere remdesivir en lugar de otros agentes antivirales. Aunque faltan datos sobre los beneficios de remdesivir para niños con COVID-19, se prefiere a otros agentes antivirales porque los datos emergentes de ensayos aleatorios y series de casos en pacientes adultos sugieren que es moderadamente beneficioso (particularmente en pacientes que no están críticamente enfermos) y parece ser bien tolerado.
- Se sugiere no usar hidroxicloroquina ni cloroquina excepto en el contexto de un ensayo clínico. Su beneficio clínico no está comprobado y tiene toxicidad potencial.
- Lopinavir-ritonavir: no se recomienda el uso rutinario de lopinavir-ritonavir dada la ausencia de eficacia y farmacodinámica desfavorable.
De la guía sobre la COVID-19 en pediatría elaborada por el grupo de pediatría basada en la evidencia de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) (4) extraemos en cuanto al tratamiento:
- Parece razonable que la gran mayoría de pacientes pediátricos con COVID-19 que son asintomáticos o con sintomatología leve, reciban las medidas de soporte necesarias. El tratamiento farmacológico se reservará para los pacientes pediátricos graves.
- El potencial riesgo de efectos adversos lleva a hacer una recomendación fuerte en contra del uso de hidroxicloroquina en pacientes COVID-19.
- Se realiza una recomendación débil a favor del uso de corticoides en pacientes pediátricos con enfermedad respiratoria grave; la evidencia podría apoyar, también de forma débil, su uso en pacientes con enfermedad moderada, en base a la potencial reducción de la necesidad de ventilación mecánica.
- La falta de evidencia de eficacia y seguridad en niños hace que se realice una recomendación sería débil en contra del uso de tocilizumab.
- Se establece una recomendación débil en contra del uso de plasma hiperinmune en pacientes COVID-19 y no se puede emitir recomendación sobre las inmunoglobulinas.
- En el SIM-PedS se puede hacer una recomendación débil a favor del tratamiento combinado de Ig intravenosa y metilprednisolona (respecto al uso aislado de Ig intravenosa)
- No se pueden hacer recomendaciones para remdesivir y calcifediol.
En la actualización de abril de 2021 del manejo del niño de la GPC sobre la COVID-19 de los National Institutes of Health (NIH) (5) resume sobre el tratamiento farmacológico:
- La mayoría de los niños con enfermedad leve o moderada pueden tratarse únicamente con medidas de soporte.
- Remdesivir se recomienda para:
- Niños hospitalizados de ≥12 años con COVID-19 que tienen factores de riesgo de enfermedad grave y tienen una necesidad emergente o creciente de oxígeno suplementario.
- Niños hospitalizados de ≥16 años con COVID-19 que tienen una necesidad emergente o creciente de oxígeno suplementario independientemente de si tienen factores de riesgo de enfermedad grave.
- Tras la consulta con un especialista en enfermedades infecciosas pediátricas, se puede considerar el remdesivir para niños hospitalizados de todas las edades con COVID-19 que tienen una necesidad emergente o creciente de oxígeno suplementario.
- El panel de expertos recomienda el uso de dexametasona para niños hospitalizados con COVID-19 que requieren alto flujo de oxígeno, ventilación no invasiva, ventilación mecánica invasiva u oxigenación por membrana extracorpórea.
- No hay datos pediátricos suficientes para hacer una recomendación a favor o en contra del uso de productos de anticuerpos monoclonales anti-SARS-CoV-2 para niños con COVID-19 que no están hospitalizados pero que tienen factores de riesgo de enfermedad grave.
- Se recomienda no usar plasma de convaleciente para niños hospitalizados con COVID-19 que no requieran ventilación mecánica, excepto en el contexto de un ensayo clínico. De igual forma, no se recomienda el uso de plasma convaleciente para pacientes pediátricos con COVID-19 que son ventilados mecánicamente.
- No hay datos suficientes para hacer una recomendación a favor o en contra del uso de baricitinib en combinación con remdesivir para el tratamiento de COVID-19 en niños hospitalizados en los que no se pueden usar corticosteroides.
- No hay datos suficientes para hacer una recomendación a favor o en contra del uso de tocilizumab en niños hospitalizados con COVID-19 o con SIM-PedS.
- No se recomienda el uso de sarilumab para niños hospitalizados con COVID-19 o con SIM-PedS, excepto en el contexto de un ensayo clínico.
También se aborda el tratamiento del niño con COVID-19 en la guía NICE sobre el manejo de la COVID-19 (6).
Bibliografía
- Documento técnico. Manejo pediátrico en atención primaria del COVID-19. Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación. Ministerio de Sanidad.Versión del 18 de noviembre de 2020. (Ver documento)
- Documento de manejo clínico del paciente pediátrico con infección por SARS-CoV-2. Asociación Española de Pediatría, Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP), Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP), Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (SECIP). Actualización: 26 de noviembre de 2020. (Ver documento)
- Deville JG, Song E, Ouellette CP. Coronavirus disease 2019 (COVID-19): Management in children. This topic last updated: Jun 07, 2021. Edwards MS, ed. UpToDate. Waltham, MA: UpToDate Inc. (Consultado el 11 junio 2021) (Ver documento)
- COVID-19 en Pediatría: valoración crítica de la evidencia. Comité/Grupo de Pediatría Basada en la Evidencia de la AEP y AEPap, 31 de marzo de 2021. (Ver documento)
- COVID-19 Treatment Guidelines Panel. Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) Treatment Guidelines. National Institutes of Health. Available at https://www.covid19treatmentguidelines.nih.gov/. (Consultado el 28 mayo 2021) (Ver documento)
- COVID-19 rapid guideline: managing COVID-19. NICE guideline [NG191]. Published: 23 March 2021. Last updated: 27 May 2021. (Ver documento)
Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico (SIMP) o Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico temporalmente asociado con el SARS-CoV-2 (SIM-PedS). Última actualización: . Revisión de la literatura:
En los niños, COVID-19 suele ser leve. Sin embargo, en casos raros, los niños pueden verse gravemente afectados y las manifestaciones clínicas pueden diferir de las de los adultos. Desde principios de mayo de 2020, se han publicado informes de niños con un síndrome inflamatorio sistémico de expresividad variable que muestra rasgos clínicos y analíticos similares a los observados en la enfermedad de Kawasaki (EK), el síndrome de shock tóxico (SST) o síndromes de activación macrofágica (SAM) (1). La afección se ha denominado Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico (SIMP; también conocido como Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico temporalmente asociado con el SARS-CoV-2 [SIM-PedS], síndrome hiperinflamatorio pediátrico o shock hiperinflamatorio pediátrico).
Este nuevo síndrome parece asociarse con infección activa o reciente por SARS-CoV-2. La mayoría presenta serología IgG positiva y aumento de biomarcadores de inflamación, lo que sugiere disregulación inmunitaria más que efecto patogénico directo por el virus (1).
El 15 de mayo la OMS publicó un documento científico (2) en el que enfatiza sobre la necesidad urgente de recopilar datos estandarizados que describan las presentaciones clínicas, la gravedad, los resultados y la epidemiología de los casos de SIMP. Además, la OMS plantea una definición preliminar de caso que refleja las características clínicas y de laboratorio observadas hasta la fecha en los niños. Se trataría de:
- Niños y adolescentes de 0 a 19 años con fiebre > o igual a 3 días
- Y dos de los siguientes signos clínicos de afectación multisistémica:
- Erupción cutánea o conjuntivitis bilateral no purulenta o signos de inflamación mucocutánea (oral, manos o pies).
- Hipotensión o shock.
- Disfunción cardíaca, pericarditis, valvulitis o anomalías coronarias (incluidos los hallazgos ecocardiográficos o troponina / NT-proBNP elevados).
- Evidencia de coagulopatía (tiempo de protrombina o tiempo parcial de protrombina prolongados; dímero D elevado).
- Problemas gastrointestinales agudos (diarrea, vómitos o dolor abdominal).
- Y marcadores de inflamación elevados, como VSG, proteína C reactiva o procalcitonina.
- Y ninguna otra causa microbiana evidente de inflamación, incluida la sepsis bacteriana y los síndromes de shock tóxico estafilocócico / estreptocócico
- Y evidencia de COVID-19 (RT-PCR, prueba de antígeno o serología positiva), o probable contacto con pacientes con COVID-19.
Respecto a esta enfermedad destacar (3-5):
Una condición rara, pero grave, informada en niños y adolescentes aproximadamente 2 a 4 semanas después del inicio de la COVID-19, probablemente debido a un proceso inflamatorio postinfeccioso.
Si bien una asociación entre este síndrome y COVID-19 parece plausible según la evidencia actual, la asociación no es definitiva y se requiere más investigación. Aún no está claro si este síndrome es la enfermedad de Kawasaki con SARS-CoV-2 como agente desencadenante, o si se trata de un síndrome diferente, aunque la evidencia creciente sugiere que son dos síndromes separados. Inmunológicamente, parece ser una entidad clínica distinta de la enfermedad de Kawasaki, ya que no se observan neutrofilia ni recuentos elevados de monocitos, características de la enfermedad de Kawasaki.
La mayoría de los pacientes tienen fiebre, así como características de shock, compromiso cardíaco (por ejemplo, marcadores cardíacos elevados, insuficiencia cardíaca congestiva, disfunción cardíaca, miocarditis, dilatación o aneurisma de la arteria coronaria, hipotensión, derrame pericárdico, regurgitación mitral), síntomas gastrointestinales (como dolor abdominal, vómitos, diarrea) y marcadores inflamatorios significativamente elevados. Otras características clínicas y de laboratorio adicionales son trombocitopenia, fatiga, dolor de cabeza, mialgia, dolor de garganta y linfadenopatía. Puede haber hallazgos mucocutáneos, muchos de los cuales se superponen con la enfermedad de Kawasaki.
Los factores asociados con resultados más graves (por ejemplo ngreso en la unidad de cuidados intensivos, función cardíaca disminuida, shock, miocarditis) incluyen: edad> 5 años; etnia negra no hispana; síntomas de disnea o dolor abdominal; niveles elevados de proteína C reactiva, troponina, ferritina, dímero D, péptido natriurético cerebral (BNP por sus siglas en inglés) o interleucina-6; y recuentos reducidos de linfocitos o plaquetas.
Las complicaciones cardiovasculares más comunes incluyen shock, arritmias cardíacas, derrame pericárdico y dilatación de las arterias coronarias. La prevalencia combinada de anomalías cardíacas debidas a SIM-PedS es la siguiente: disfunción ventricular izquierda significativa 38%; aneurisma coronario o dilatación 20%; anomalías en el ECG o arritmias cardíacas 28%; nivel de troponina sérica elevado 33%; y aumento del nivel de proBNP / BNP en un 44%.
En cuanto a su manejo, este es principalmente de apoyo e involucra a un equipo multidisciplinario (enfermedades infecciosas pediátricas, cardiología, reumatología, cuidados intensivos). Por lo general, los pacientes se tratan con inmunoglobulina intravenosa, soporte vasopresor, corticosteroides, inmunomoduladores, anticoagulación, tratamiento antiplaquetario y soporte respiratorio.
Disponemos en nuestro entorno de un documento de consenso sobre diagnóstico, estabilización y tratamiento del SIM-PedS en el que los autores establecen una serie de características relevantes para la sospecha de SIM y también los criterios para un diagnóstico diferencial (1). Además, señalan las actuaciones para una estabilización inicial del paciente, repasan los tests de diagnóstico, y realizan una serie de recomendaciones para su atención hospitalaria desde el momento de su ingreso (aislamiento, monitorización, tratamiento farmacológico y soporte respiratorio, evaluación cardíaca y consideraciones para ingreso en UCI).
Por otra parte, está disponible un documento consenso nacional del Reino Unido sobre el manejo del SIM-PedS (6) y el American College of Rheumatology ha publicado una guía de práctica clínica sobre el diagnóstico y el tratamiento del SIM-PedS (7).
De la actualización de abril de 2021 del manejo del niño de la GPC sobre la COVID-19 de los National Institutes of Health (NIH) (8) se indica sobre el tratamiento de este cuadro que se recomienda la consulta con un equipo multidisciplinario al considerar y manejar la terapia inmunomoduladora para niños con SIM-PedS. La inmunoglobulina intravenosa y / o los corticosteroides se utilizan generalmente como tratamiento de primera línea, y se han utilizado antagonistas de la interleucina-1 para los casos refractarios. No se ha establecido definitivamente la elección y combinación óptimas de terapias inmunomoduladoras.
De entre las más recientes revisiones sistemática publicadas que describen las características epidemiológicas, clínicas y pronósticas del SIM-PedS destacamos:
Una revisión sistemática (9) con un total de 655 pacientes (16 estudios de EE. UU., Europa e India; ninguno de China) encuentra que el rango de edad fue de 3 meses a 20 años, con una media de 8 años. El 55% fueron hombres. Un 23,3% asociaron comorbilidades. La fiebre se presentó en prácticamente el 100% seguido de los síntomas gastrointestinales (70%), cardiovasculares (57%) con síntomas similares a la enfermedad de Kawasaki en un 36%, de los cuales un 26% presentaron shock. Hubo afectación neurológica en un 22%. La clínica cutánea se observó en un 58%.
Los hallazgos más frecuentes y característicos de laboratorio fueron elevación de proteína C reactiva , troponina, péptido natriurético tipo B, ferritina (elevada en casi todos los estudios), dímero D y fibrinógeno, así como linfopenia. En estudios de imagen se encontró función ventricular disminuida (32%), miocarditis (23%) y dilatación/aneurismas de arteria coronaria (23,4%). Solo hubo infiltrados pulmonares en el 13,7%. Un 68% precisaron cuidados intensivos, inotropos el 40%, anticoagulación el 34% y ventilación mecánica el 15%. Los tratamientos más empleados fueron la infusión de gammaglobulinas (IVIG) en un 62% y corticosteroides en un 49%. Otros inmunomoduladores, remdesivir y plasma de convalescientes fueron menos utilizados. La mayoría tuvo una evolución favorable con recuperación de las alteraciones cardiacas (nueve casos con disfunción cardiaca leve y uno con dilatación coronaria). La mortalidad fue baja (1,67%).
Otra revisión sistemática de 27 estudios (917 casos) (10) encontró que la edad media de los pacientes era de 9,3 años y el 57% de los pacientes eran varones. Se informó al menos una comorbilidad en el 31% de los casos, más comúnmente obesidad, asma y enfermedad pulmonar crónica. Las manifestaciones más frecuentes fueron fiebre (99%), síntomas gastrointestinales (87%) y síntomas cardiovasculares como disfunción miocárdica (55%), aneurismas de arterias coronarias (22%) y shock (66%). La prevalencia combinada de síntomas respiratorios fue del 41% y los síntomas neurológicos fue del 36%. Otros síntomas incluyeron conjuntivitis (57%), erupción cutánea (59%) y cambios en la mucosa oral (42%). Los marcadores inflamatorios y cardíacos estaban elevados en la mayoría de los pacientes y el 38% tenía hallazgos anormales en la radiografía de tórax. Aproximadamente el 79% de los pacientes requirió ingreso en cuidados intensivos, el 63% requirió apoyo inotrópico, el 57% requirió anticoagulación y el 33% requirió ventilación mecánica. La tasa de mortalidad fue del 1,9%.
Similares hallazgos se describen en otra revisión sistemática (11) con 953 casos de SIM-PedS extraídos de 68 registros: la edad media de los niños fue de 8 años; el 58,9% eran varones; el síndrome clínico se caracterizó por la presencia de fiebre (99,4%), manifestaciones gastrointestinales (85,6%) y cardiocirculatorias (79,3%) y por un aumento de biomarcadores inflamatorios (incluyendo proteína C reactiva, ferritina e interleucina-6); el 50,3% de los niños también presentó síntomas respiratorios. Más de la mitad de los pacientes (56,3%) presentaron shock y la mayoría de los pacientes (73,3%) necesitó un tratamiento de cuidados intensivos. El 75,9% recibió inmunoglobulinas intravenosas (IGIV); se administraron inotrópicos al 55,3% de los niños y se inició ventilación mecánica en el 23,6% de los casos. A pesar de la gravedad de la enfermedad, la mortalidad fue bastante baja (1,9%).
Por último reseñar que se han notificado casos de SIM-PedS en recién nacidos y se han asociado temporalmente con la exposición prenatal (12,13). Los bebés ( <12 meses) parecen tener un curso más leve de SIM-PedS que los niños mayores con resolución de su enfermedad después del alta hospitalaria (14)
También se han notificado casos en adultos de enfermedad inflamatoria multisistémica similar a Kawasaki asociada a COVID-19 (15,16).
Bibliografía
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Vacunación frente a COVID-19 en pediatría. Última actualización: . Revisión de la literatura:
El 10 de mayo de 2021 en un comunicado de prensa la "U.S. Food and Drug Administration" (FDA) (1) informa de la autorización de uso de emergencia de la vacuna Pfizer-BioNTech para la prevención de la COVID-19 en adolescentes de 12 a 15 años años de edad (ya en diciembre de 2020 la FDA había autorizado su administración en personas mayores de 16 años).
La octava actualización de la estrategia de vacunación frente a la COVID-19 del Ministerio de Sanidad (2), publicada en 22 de junio, comenta, en cuanto a la vacunación de adolescentes y preadolescentes, que el 31 de mayo, se amplió la indicación de la vacuna Comirnaty a personas a partir de 12 años de edad (anteriormente se indicaba a partir de 16 años).
Indicaba la ampliación y priorización de la vacunación de los siguientes colectivos, que ya se adelantaban en la Actualización 7 de la Estrategia (3):
- Personas a partir de los 12 años de edad (año de nacimiento 2009 o anterior) con condiciones de muy alto riesgo.
- Personas a partir de 12 años de edad (año de nacimiento 2009 o anterior) en situación de gran dependencia y aquellas en centros de personas con discapacidad intelectual, centros tutelados y centros de educación especial.
En cuanto al resto de adolescentes y preadolescentes la vacunación se llevaría a cabo una vez cubiertos los grupos de mayor edad.
Un ensayo clínico (financiado por BioNTech y Pfizer), publicado en mayo de 2021, muestra que la vacuna BNT162b2 en receptores de 12 a 15 años tuvo un perfil de seguridad favorable, produjo una mayor respuesta inmune que en adultos jóvenes y fue altamente efectiva contra la COVID-19 (4). En el ensayo participaron 2.260 adolescentes de 12 a 15 años 1.131 recibieron BNT162b2 y 1.129 recibieron placebo.
En julio de 2021 la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) también ha aprobado la vacuna frente a COVID-19 Spikevax (anteriormente COVID-19 Vaccine Moderna) en jóvenes de 12 a 17 años (5). Dicha aprobación ya queda recogida en su ficha técnica [ ver ficha técnica ])
En relación a este aspecto, en la revista The New England Journal of Medicine se han publicado recientemente los resultados de la vacuna Spikevax en adolescentes de 12 a 17 años (6). El objetivo primario fue la evaluación de la seguridad y la no inferioridad de la respuesta inmune en comparación con los de 18 a 25 años, y el secundario, la eficacia para evitar la COVID-19 o infecciones asintomáticas. El número de participantes fue de 3.732, de los que 2.489 recibieron dos dosis de vacuna y 1.243 recibieron placebo. La media geométrica de anticuerpos neutralizantes en los adolescentes respecto de los adultos jóvenes fue de 1,08 (IC 95%: 0,94 a 1,24). No se registraron casos de enfermedad a partir del día 14 de la segunda dosis, pero sí cuatro en el grupo placebo. Además, la vacuna mostró un aceptable perfil de seguridad.
Con fecha del 17 de agosto, la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas ha publicado un informe con recomendaciones para la vacunación frente a COVID-19 en adolescentes. En dicho informe se indica que "Cumplida la vacunación de las personas de mayor edad y la de los adolescentes con mayor riesgo, se debe plantear la vacunación de los adolescentes sanos de 12-17 años de edad, que debería completarse, al menos en su primera dosis, en el mes de septiembre, mes del inicio de la actividad educativa presencial en todos los ciclos educativos" (7). Hacen mención además a la autorización, por parte de la EMA, de la vacuna Spikevax (Moderna) junto a la de la vacuna Comirnaty (Pfizer & BioNTech) en este grupo etario y se adjunto una tabla con aquellos adolescentes cuya vacunación debería priorizarse dado su mayor riesgo.
Actualmente no existen datos de eficacia o seguridad de ninguna de las vacunas en niños menores de 12 años.
Bibliografía
- Coronavirus (COVID-19) Update: FDA Authorizes Pfizer-BioNTech COVID-19 Vaccine for Emergency Use in Adolescents in Another Important Action in Fight Against Pandemic. FDA News Release, May 10, 2021. (Ver documento)
- Actualización 8: Estrategia de vacunación frente a COVID-19 en España Grupo de Trabajo Técnico de Vacunación COVID-19, de la Ponencia de Programa y Registro de Vacunaciones. 22 junio de 2021. (Ver documento)
- Actualización 7: Estrategia de vacunación frente a COVID19 en España. Grupo de Trabajo Técnico de Vacunación COVID-19, de la Ponencia de Programa y Registro de Vacunaciones. 11 mayo de 2021. (Ver documento)
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- Recomendaciones FACME para la vacunación frente a COVID-19 en adolescentes. Fecha de la recomendación: 17 de agosto de 2021. (Ver documento)
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