Utiliza el preservativo en tus relaciones sexuales.
No compartas objetos que puedan estar contaminados con sangre: jeringuillas, agujas, maquinillas de afeitar, agujas para tatuajes, piercings, cepillos de dientes...
Recuerda que el virus se encuentra presente tanto en la sangre como en semen, líquido preseminal o secreciones vaginales.
Hazte la prueba si no te la has hecho nunca, saberlo a tiempo permitirá acceder al tratamiento que evita la aparición de la enfermedad en personas que ya se han infectado con el virus, y evitar la transmisión a otras personas sin saberlo.
Recomienda a tu pareja que se la haga también. La apariencia externa o el encontrarnos bien no nos garantiza estar libres del virus, ya que tarda varios años en dar la cara.