MurciaSalud
Servicio de Epidemiología
Salmonelosis
La salmonelosis es una enfermedad causada por bacterias del género Salmonella que no pertenecen a los serotipos Typhi y Paratyphi, responsables de la fiebre tifoidea.
La salmonelosis se caracteriza por la aparición repentina de diarrea, dolor abdominal, fiebre, náuseas y otros síntomas gastrointestinales, que pueden prolongarse durante varios días. Aunque habitualmente la enfermedad se resuelve sin incidencias, la diarrea puede producir una deshidratación grave, especialmente en lactantes y personas mayores frágiles. Salmonella también puede invadir otras localizaciones del cuerpo, produciendo abscesos, osteomielitis, artritis séptica o endocarditis, entre otras, aunque estas manifestaciones son raras.
Se trata de una enfermedad habitual en nuestro entorno, que produce numerosos casos anualmente. Por lo general es más frecuente en los niños menores de 5 años. Esta bacteria causa un gran número de brotes relacionados con restaurantes y otros establecimientos de hostelería, así como en hogares privados. El contagio se produce normalmente por alimentos contaminados en origen (típicamente huevos, aunque pueden ser otros alimentos de origen animal, como carne), que son tratados o cocinados inadecuadamente. También es posible la contaminación por manipuladores de alimentos que resultan portadores asintomáticos y no realizan una higiene de manos apropiada. El contacto directo con animales puede ser otra fuente de infección: entre los más frecuentes se encuentran las tortugas y otros reptiles, los polluelos, patos y otras aves de corral domésticas, y las ranas.
Es importante lavarse las manos antes, durante y después de la preparación de alimentos. Asimismo, deben cocinarse adecuadamente todos los alimentos de origen animal, especialmente carnes y productos a base de huevo. Los alimentos preparados que no vayan a consumirse de inmediato deben refrigerarse entre 0 y 4 °C. Evitar usar los mismos instrumentos de cocina para alimentos crudos y los que ya están cocinados (cuchillos, tablas de cortar¿), y debe evitarse que los alimentos crudos y los cocinados entren en contacto.
Abstenerse del consumo de huevos crudos o poco cocidos y usar derivados de huevo pasteurizados para recetas que impliquen huevo crudo, como salsas, ponches¿Evitar, en general, el consumo de alimentos no pasteurizados.
Lavarse las manos minuciosamente después del contacto con animales, especialmente aquellos de alto riesgo como aves de corral, reptiles y anfibios.
Por lo general, si no hay complicaciones asociadas, no está indicado el uso de antibióticos, consistiendo el tratamiento exclusivamente en rehidratación y reposición de electrolitos.