Title_Adultos

Adultos

WC_Cómo cuidamos adultos

Los pilares fundamentales en la atención en Cuidados Paliativos son la: atención integral, atención integrada y atención centrada en la persona.

La atención integral en Cuidados Paliativos incluye la prevención y el alivio del sufrimiento mediante la identificación temprana, evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicosociales y espirituales. Esta atención centra su importancia en abordar el sufrimiento de la persona y familiares en todas sus dimensiones.

Atención por cuadrantes
1. Cuadrante físico

Al nacer, tenemos una estructura física que nos sostiene, un cuerpo material, somos seres que no somos capaces de cuidar de nosotros mismos y nuestras necesidades se centran en conservarlo, alimentarlo y mantenerlo limpio y caliente. Podemos reflexionar sobre nuestro origen, explorarando nuestro pasado:

  • ¿Quién me cuidaba cuando era un bebé?
  • ¿Había ruidos en el entorno?
  • ¿Me acurrucaban y daban calor?
  • ¿Me sentía limpio y satisfecho?

Y también chequear nuestro presente:

  • ¿Cómo está mi cuerpo ahora?
  • ¿Cansado, con tono, con vitalidad? ¿Quizás con algún problema, alguna dolencia crónica, aguda?
  • ¿Tengo mis necesidades cubiertas, dispongo de espacios cómodos y confortables?

Estas necesidades básicas en nuestro cuadrante físico, cuando están satisfactoriamente atendidas, nos hacen percibir el mundo como un lugar seguro y acogedor. Esta percepción nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida.

2. Cuadrante emocional

Los sentimientos como el amor, tristeza, rabia, alegría, miedo, etc., se dan, se expresan y se sienten en el cuerpo físico.

No sólo se piensan, no están en la mente, no son manejables sólo desde la mente: la garganta nos aprieta ante el dolor, el puño se cierra con la rabia, el miedo nos paraliza o nos hace correr, el amor nos dilata las pupilas y nos hace escapar cierta sonrisa; así podemos ir definiendo cada uno de ellos hasta donde queramos.

Es muy importante que sintamos cómo y cuándo aparecen y pugnan entre ellos por ser expresados.

  • ¿Cuáles me está permitido expresar, en compañía y a solas?
  • ¿Se me ha permitido expresar la rabia?
  • ¿Y el llanto o el miedo?
  • ¿Cómo reacciono ante los gestos amorosos?

Cuando nuestras necesidades de expresión emocional se satisfacen, aprendemos que se nos quiere por ser como somos, hagamos lo que hagamos, con un amor incondicional.

Así como el cuadrante físico nos aporta la seguridad, si nuestras necesidades de expresión emocional están cubiertas crece nuestra autoestima. Si, por el contrario, se nos reprime o juzga por algún sentimiento -los hombres no lloran, las mujeres no gritan o un gesto amoroso es una tontería ¿- nos sentimos poco legitimados, inseguros y temerosos o poco valiosos.

3. Cuadrante intelectual

En nuestro ciclo de desarrollo como personas, la escolarización y el estudio nos permiten desarrollar nuestro entendimiento, poner orden en nuestro mundo desde la razón, encontrar las respuestas, valorar y emitir juicios.

  • ¿Se valora nuestra opinión? ¿Quién lo hace y quién no?
  • ¿Se me estimula a hablar y discutir?
  • ¿Dispongo de lugares de libertad para decir lo que realmente quiero decir?
  • ¿Mi juicio tiene respaldo? ¿O por lo contrario se ridiculiza lo que digo?
  • ¿Alguien tiene interés en contestar mis preguntas?

Cuando nuestras necesidades intelectuales se desarrollan y satisfacen, podemos discernir, ordenar, separar y, por tanto, elegir y tomar decisiones desde nuestro propio juicio y responsabilidad.

4. Cuadrante espiritual

Surge de nuestra conexión con los demás y el universo,  del descubrimiento de nuestro ser como ¿ser humano sexuado¿, con el arte en todas sus manifestaciones,  también con nuestras creencias religiosas.
Da sentido a lo que hacemos, a quienes somos.

  • ¿Por qué soy médico?
  • ¿Qué conexión tiene con mi vida?
  • ¿Por qué me dedico a cuidar, a una profesión de servicio?
  • ¿Es coherente con mi mundo interior?
  • ¿Cómo vivo mi sexualidad? ¿Trasciende más allá de mi cuerpo?
  • ¿Qué o quién es Dios para mí?
  • ¿Cómo valoro las distintas manifestaciones artísticas?

Cuando conseguimos desarrollar y contactar con nuestro cuadrante espiritual y lo atendemos, damos sentido a nuestra vida y adquirimos más sabiduría y paz interior.

Los cuatro cuadrantes están conectados en cada uno de nosotros, y forman un conjunto funcional único, que sigue desarrollándose a lo largo de toda nuestra vida.

La atención integrada hace referencia a la coordinación entre los diferentes sistemas sanitarios y sociales para la mejora en la asistencia de pacientes y sus familias. El objetivo de esta atención es velar por el bienestar de paciente y familia a tratar y reciba la misma calidad asistencial en cualquier lugar donde se encuentre y a lo largo de todo el proceso de su enfermedad.

La atención centrada en la persona es la que se dirige a la mejora en la calidad de vida y el bienestar de la persona, desde el respeto a su dignidad y derechos, a sus intereses, valores y preferencias y contando con su participación efectiva.

Este Modelo de atención propone un cambio de enfoque y orientación, pasar de estar atentos a la enfermedad de forma reactiva, a orientarse hacia la atención proactiva de las necesidades de la población en su conjunto y de cada individuo en particular.

En este sentido, los profesionales implicados en el cuidado y atención del paciente con enfermedad avanzada tendrán en cuenta la planificación compartida de la atención (PCA), como un proceso comunicativo-deliberativo, relacional y estructurado, que facilita la reflexión y la comprensión de la vivencia de la enfermedad y el cuidado de las personas implicadas, centrado en la persona que afrontan una trayectoria de enfermedad, para identificar y expresar sus valores, preferencias y expectativas de atención. Con el objetivo de promover la toma de decisiones compartida en relación con el contexto actual y los retos futuros de atención.

¿A quién cuidamos?
A personas con enfermedades crónicas complejas

Personas con enfermedades que afectan algún órgano como el corazón, los pulmones, el cerebro, los riñones..., que no tienen curación y que son tratadas con fármacos y otras medidas de cuidados como la actividad física, la alimentación, el descanso, y que ayudan a la persona que la padece a vivir con esa enfermedad de la mejor forma posible favoreciendo su calidad de vida. Hablamos de enfermedades como las cardiopatías, el EPOC, la insuficiencia renal, las demencias, algunas situaciones de fragilidad o limitantes, que en su evolución, la persona puede tener varias enfermedades al mismo tiempo (a veces tres o más), produciendo limitaciones para realizar las actividades de la vida diaria, y el aumento progresivo de la dependencia.

En estas situaciones, es importante que el paciente y familia conozcan todas las opciones de tratamiento, cómo va a avanzar su proceso y qué complicaciones pueden surgir para que se puedan tomar decisiones y planificar cómo vivir la progresión de su enfermedad.

Los Equipos de Soporte de Cuidados Paliativos (ESCP) en esta fase de la enfermedad, están presentes como soporte a los profesionales referentes del paciente.

A personas con enfermedades crónicas complejas en situación avanzada

Cuando la enfermedad crónica con la que vive una persona progresa a lo largo de los años, o por crisis frecuentes que precisan ingreso hospitalario, y que le ocasiona una pérdida nutricional y de su funcionalidad o aumento de la dependencia, hablamos de que su situación de enfermedad crónica es avanzada. En esta situación, lo más importante es adaptar el tratamiento o las medidas terapéuticas a las necesidades de cada persona priorizando su comodidad y bienestar.

Los Equipos de Soporte de Cuidados Paliativos (ESCP) en esta fase de la enfermedad, son soporte a los profesionales y realizan actividad asistencial según la demanda de los profesionales referentes y necesidades del paciente.

A personas en situación de final de vida

Cuando la persona se encuentra en una situación de dependencia total o de gran fragilidad, frecuentemente con dificultad progresiva para tragar, disminución de su nivel de conciencia, con cambios o crisis importantes respecto a su situación previa, podemos pensar que la muerte está cercana. En este momento son importantes todas las medidas que apoyen los cuidados, que respeten los valores y la dignidad de la persona y de su entorno cuidador.

Los Equipos de Soporte de Cuidados Paliativos (ESCP) en esta fase de la enfermedad, son soporte a los profesionales y realizan actividad asistencial según la demanda de los profesionales referentes y necesidades del paciente.

Medidas de confort:

  • Dar sólo fármacos para alivio de síntomas
  • No forzar alimentación
  • Evitar movilizaciones y curas dolorosas
  • Ambiente tranquilo
  • Presencia y acompañamiento