Pregunta actualizada a 26 de abril de 2021
La información contenida en esta respuesta, está en continua revisión, siendo posible que, en un plazo breve sea actualizada, incorporando una nueva pregunta al Banco de Preguntas.
En el momento actual, en nuestro contexto sanitario, se recomienda la vacunación frente a COVID-19 de los pacientes con inmunodeficiencias o en tratamiento inmunosupresor. En cuanto a la elección de la vacuna a aplicar, en general, cualquiera de las vacunas disponibles podría ser utilizada (se seleccionará en función del grupo de población [ver más abajo]).
- Los pacientes con inmunodeficiencias o en tratamiento inmunosupresor se deben vacunar frente a COVID-19. Estos pacientes son un grupo prioritario porque constituyen uno de los grupos de riesgo para la COVID-19 y la vacunación supone para ellos una medida preventiva importante.
- Es esperable que el perfil de seguridad de las vacunas sea similar en inmunosuprimidos que en la población general. Las vacunas frente a COVID-19 aprobadas hasta ahora son vacunas basadas en ARNm o vectores virales no replicativos (adenovirus) modificados genéticamente para expresar la proteína S del virus, no tienen capacidad de inserción en el ADN ni de replicación. Por ello son vacunas adecuadas para su administración en pacientes inmunodeprimidos.
- No existen datos de eficacia y seguridad de las vacunas disponibles y/o en fases avanzadas de desarrollo en pacientes con inmunodepresión importante. La eficacia de las vacunas puede verse comprometida en grado variable dependiendo del tipo y gravedad de la inmunodeficiencia.
- Se recomienda la vacunación en un momento en el que la enfermedad de base sea estable de preferencia o sus complicaciones las menores posibles. En general, el momento recomendado para la vacunación es a mitad del ciclo de tratamiento.
- No se debe interrumpir el tratamiento inmunosupresor ni modificar la pauta de administración de dicho tratamiento para recibir la vacuna.
- En la prevención de COVID-19 en pacientes con inmunodeficiencias, además de la vacunación del paciente y del mantenimiento de las medidas de prevención, se recomienda priorizar la vacunación de los convivientes y del personal sanitario que atiende a aquellos pacientes con mayor riesgo de falta de eficacia de la vacuna (ej, personal sanitario que atiende a pacientes oncológicos y hematológicos).
En la web del Ministerio de Sanidad sobre la vacunación frente a la COVID-19 se incluye un apartado de preguntas y respuestas entre las cuales se encuentra la de si se puede vacunar una persona inmunodeprimida o en tratamiento inmunosupresor(2). En la respuesta se indica que: “Las personas inmunodeprimidas (incluyendo personas con el VIH, con recuento de CD4+ ≥ 200 cel/ml) o en tratamiento inmunosupresor (incluyendo los corticoides que pueden utilizarse en el tratamiento de la COVID-19) pueden tener un riesgo aumentado de padecer COVID-19 grave y, aunque no hay datos definitivos sobre la seguridad y eficacia de la vacuna en esas personas, deben recibir la vacuna a menos que esté contraindicada. Por el momento, no se recomienda la interrupción del tratamiento inmunosupresor. Es importante señalar que las vacunas autorizadas no contienen virus vivos y, por tanto, no pueden infectar a las personas vacunadas.”
En cuanto a la elección de la vacuna a aplicar en pacientes en tratamiento inmunosupresor se interpreta de la información revisada que cualquiera de las vacunas disponibles podría ser utilizada (seleccionando una u otra en función del grupo poblacional al que pertenece el paciente [ver en indicación de las vacunas para los diferentes grupos de población]). No obstante, se plantea en la actualización 6 de la estrategia de vacunación COVID-19(3) que, en las personas con condiciones de muy alto riesgo "se utilizará cualquiera de las vacunas autorizadas, pero preferentemente vacunas de ARNm, manteniendo el intervalo de 21 o 28 días (según se trate de Comirnaty o vacuna de Moderna, respectivamente)". Y se incluyen, entre las condiciones de muy alto riesgo a priorizar para la vacunación, determinadas circunstancias clínicas de pacientes que precisan tratamiento inmunosupresor.
Fuera de nuestro entorno, los documentos de consenso consultados(4-8) establecen similares planteamientos:
- Aunque en los estudios realizados no se han incluido participantes inmunodeprimidos, en el momento actual no existe evidencia de que alguna de las vacunas disponibles frente a la COVID-19 pueda representar un riesgo para el paciente inmunodeprimido.
- No hay datos sobre la eficacia de las vacunas COVID-19 actualmente disponibles en pacientes inmunosuprimidos.
- No se deben interrumpir los tratamientos para inmunodeficiencias y enfermedades autoinmunes.
En ninguno de los documentos se menciona la preferencia de una vacuna frente a otra en esta población de pacientes.
Los autores del sumario de evidencia de Uptodate(9) sobre la vacunación frente a la COVID-19 sugieren de igual forma que las personas que tengan una enfermedad que causa inmunodepresión o que estén tomando agentes inmunosupresores se sometan a la vacunación frente a la COVID-19. Señalan que aunque la inmunogenicidad y la eficacia de las vacunas son inciertas en estos individuos y pueden ser inferiores a las observadas en la población general, el potencial de COVID-19 grave en esta población probablemente supere las incertidumbres. No obstante, recomiendan que los pacientes inmunodeprimidos mantengan medidas personales para tratar de minimizar la exposición al SARS-CoV-2 (por ejemplo, mascarillas, distanciamento, evitar multitudes cuando sea posible) incluso después de que estén completamente vacunados debido a la eficacia incierta.
Destacar, por último, que el Comité Científico del Colegio de Médicos de Madrid ha publicado un monográfico sobre vacunación COVID-19(10), planteado en forma de doce preguntas entre las que se encuentra la de si puede vacunarse a pacientes durante una enfermedad aguda. Hacemos referencia a este documento porque en la respuesta que ofrece indica que “En todas las enfermedades crónicas graves se recomienda la vacunación en situación de estabilidad. Una situación especial a considerar sería la de pacientes con enfermedades reumatológicas autoinmunes o enfermedad intestinal crónica. Incluso en situación de tratamiento inmunosupresor y con terapias biológicas, la vacunación se encuentra específicamente recomendada, pero en situación de estabilidad. Incluso asumiendo una menor efectividad de la vacuna en pacientes inmunodeprimidos, los tratamientos no deben ser interrumpidos.”