Pregunta actualizada a 8 de septiembre de 2020
La información contenida en esta respuesta, está en continua revisión, siendo posible que, en un plazo breve sea actualizada, incorporando una nueva pregunta al Banco de Preguntas. Algunos de los documentos referenciados son “preprint”, es decir que no han sido revisados por pares. Aportan información que precisa ser evaluada con detalle antes de convertirse en recomendaciones aplicables a la práctica clínica.
Se postula que la n-acetilcisteína (NAC), a través de un efecto antioxidante y antiinflamatorio podría tener un papel en el tratamiento y profilaxis de la COVID-19. Sin embargo, aunque hay varios estudios en marcha (ver en https://www.clinicaltrials.gov/) , la evidencia disponible actualmente es muy escasa y procede de series de casos.
Según varias revisiones narrativas la NAC podría tener un papel en el tratamiento y la prevención de la COVID-19 a través de varios mecanismos:
- Podría inhibir la enzima convertidora de angiotensina y disminuir la afinidad del SARS-CoV-2 por su receptor el enzima convertidor de angiotensina II(1).
- El glutatión reducido tiene un alto consumo en la afectación pulmonar de la COVID-19 y la NAC es un precusor para la síntesis de esta molécula, que tiene un efecto antioxidante y antiinflamatorio y además regula la respuesta inmune a varios niveles(1).
- La NAC aumenta la proliferación de linfocitos y en estudios in vitro aumenta la longevidad de los CD8+ y disminuye la producción de varias citocinas como la IL-6 y el TNF-ɑ(2).
En abril de 2020 el Centre for Evidence-Based Medicine (CEBM) de Oxford, en una revisión rápida(3), también explicaba que la acetilcisteína, además de ser mucolítico, puede actuar como antioxidante en situaciones de estrés oxidativo favoreciendo la síntesis de glutation, metabolito que disminuye con la edad y ciertas enfermedades como la diabetes mellitus y la enfermedad cardiovascular; y, en base a una serie de casos, comentaba que la enzima glutation reductasa podría estar aumentada en el 40% de los pacientes con COVID-19. Sin embargo, los autores encontraron que la evidencia disponible sobre la eficacia de la acetilcisteína en la gripe y otras infecciones víricas era muy limitada y no hallaron evidencia relativa a su uso en la COVID-19.
Con posterioridad a esta revisión del CEBM se han publicado varios casos y series de casos de pacientes con COVID-19 en los que se ha empleado NAC:
- Se usó con éxito y se observó una disminución de ferritina y proteína C reactiva en una serie de pacientes con ventilación mecánica invasiva: uno de ellos con déficit de glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa que había sido tratado con una dosis única de hidroxicloroquina (y posteriormente con corticoides) y otros 9 pacientes sin déficit de esta enzima(4).
- Un paciente con fallo multiorgánico recibió tratamiento con una combinación de hidroxicloroquina y NAC; aunque el paciente desarrolló un embolismo pulmonar, la combinación terapéutica resultó en mejoría clínica y disminución de varios marcadores de inflamación (proteína C reactiva, ferritina, ácido láctico)(5).
- En un paciente con fístula anastomótica tras tratamiento radical de un cáncer de esófago y neumotórax derecho encapsulado, diagnosticado de infección por el nuevo coronavirus con una evolución desfavorable a pesar del tratamiento instaurado, se realizó lavado broncoalveolar repetido con una solución inhalada de NAC consiguiéndose una mejoría progresiva y el alta hospitalaria(6) .
Por último, también se ha localizado un ensayo clínico en fase I(7) en el que se administró como última opción terapéutica una combinación de azul de metileno, vitamina C y NAC a 5 pacientes COVID-19 ingresados en UCI de los que uno falleció y 4 respondieron adecuadamente pudiendo ser dados de alta de UCI.