Pregunta actualizada a 10 de abril de 2020
La información contenida en esta respuesta, está en continua revisión, siendo posible que, en un plazo breve sea actualizada, incorporando una nueva pregunta al Banco de Preguntas.
No se han encontrado recomendaciones específicas en los sumarios de evidencia, en los documentos del Ministerio, o en los documentos de consenso emitidos por el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría consultados, sobre el tiempo que hay que esperar para administrar la vacuna en niños con sospecha de caso COVID-19; no obstante, estos indican que en los niños la enfermedad suele resolverse entre los 7-14 días siguientes a la aparición de síntomas y dado que un retraso en la administración de la vacuna no tiene que suponer un problema, parece apropiado retrasar la administración de dicha vacuna un mínimo de 14 días.
Los documentos consultados sobre manejo del paciente pediátrico(1-3) indican que aunque se han informado casos graves de COVID-19 en niños, incluidos casos fatales, la mayoría de los niños parecen tener una enfermedad leve o moderada y se recuperan dentro de una o dos semanas desde el inicio de la enfermedad. Los bebés menores de 1 año y los niños con ciertas afecciones subyacentes graves tienen un mayor riesgo de enfermedad grave. Ninguno de los documentos consultados hacen mención a la vacunación según el calendario vacunal, en niños con sospecha de COVID-19.
Dos informes(4-5), sobre prioridades del programa de vacunación durante el estado de alarma debido a COVID-19, indican que ante la actual situación, un retraso de las vacunaciones no supondrá problemas y podrá reanudarse en cuanto se recupere la actividad sanitaria habitual. Además indican que:
- Las vacunaciones pueden ser demoradas por las circunstancias de fuerza mayor impuestas por la epidemia. Esta situación durará solo el tiempo imprescindible y las vacunaciones se reanudarán en cuanto las autoridades sanitarias aconsejen recuperar la actividad normal.
- Estimando que las circunstancias extraordinarias actuales persistan solo algunas semanas, la demora de las vacunaciones tendría solo un potencial efecto muy limitado en el tiempo.
- Los Centros de Salud que pudieran mantener cierta actividad vacunal (con las precauciones debidas que sean posibles: limitación de espacios “limpios” o atención en horarios específicos) deben priorizar la vacunación hasta los 15 meses de edad incluidos (garantizando especialmente la primovacunación a los 2 y 4 meses de edad y la primera dosis de triple vírica a los 12 meses), la de los pacientes con enfermedades crónicas u otras condiciones de mayor riesgo y a las mujeres gestantes.
Según el programa de vacunaciones(6), y el programa de atención al niño sano y al adolescente(7) de la Consejería de Salud de Murcia los niños con tos o con catarro y sin fiebre o con décimas y los que estén tomando antibióticos pueden vacunarse en cualquier momento, aunque es preferible demorar la vacuna a la fase de recuperación de la enfermedad aguda. Solamente se pospondrá la vacuna si el niño tiene una enfermedad grave o tiene fiebre alta (superior a 38,5ºC) y se vacunará cuando ya se encuentre bien.