Pregunta actualizada a 7 de abril de 2020
La información contenida en esta respuesta, está en continua revisión, siendo posible que, en un plazo breve sea actualizada, incorporando una nueva pregunta al Banco de Preguntas. Algunos de los documentos referenciados son “preprint”, es decir que no han sido revisados por pares. Aportan información que precisa ser evaluada con detalle antes de convertirse en recomendaciones aplicables a la práctica clínica.
En nuestro contexto sanitario, el consenso actual respecto a esta cuestión sugiere la realización sistemática de una prueba de detección de SARS-CoV-2 mediante reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR, del inglés “Reverse transcription polymerase chain reaction”) en muestra nasofaríngea a todos los pacientes oncológicos antes de una intervención quirúrgica, dado el elevado riesgo de complicaciones postoperatorias graves, en pacientes COVID-19 positivos. En caso de no disponibilidad del test, se plantea como alternariva la realización de una tomografía computerizada (TC) torácica.
La Asociación Española de Cirujanos publicó el 30 de marzo un documento de consenso sobre el manejo del paciente oncológico (en general) en el contexto de la pandemia por COVID-19(1) y posteriormente ha publicado otros documentos centrados específicamente en cirugía oncológica esófago-gástrica(2) y en cirugía oncológica del área hepatobiliopancreática(3).
En el primer documento(1) se plantea la cuestión de si es necesario realizar un cribado preoperatorio de todos los pacientes oncológicos que van a ser sometidos a cirugía y como respuesta se indica que:
“La European CanCer Organisation (ECCO)(4) ha indicado que en pacientes con cáncer que están recibiendo tratamiento activo (quimioterapia, radiación o cirugía) es de suma importancia que los sistemas de salud garanticen un examen rápido para la detección de enfermedad COVID-19.
La recomendación actual en zonas de alta incidencia de COVID-19 es la detección de la infección en todos los pacientes oncológicos antes de una intervención quirúrgica con el objetivo de reducir el riesgo que supondría una cirugía en un paciente infectado.
El screening preoperatorio de infección por SARS-CoV-2 incluye la historia epidemiológica (contactos con casos en los últimos 14 días); la detección de síntomas característicos tales como la fiebre, síntomas respiratorios y otros síntomas característicos de esta infección como la anosmia o la ageusia; y la prueba de detección de SARS-CoV-2 mediante PCR en muestra nasofaríngea. En caso de discrepancia clínica-analítica o en pacientes con PCR indeterminada el TAC de tórax urgente puede ser de utilidad en el diagnóstico de COVID 19 por su elevada sensibilidad.
No obstante, el test de detección mediante PCR está sujeto a la disponibilidad en cada centro, dentro del orden de prioridades en que se encuentre el hospital en esos momentos y debiendo hacer un uso racional de los recursos disponibles. En caso de no poderse realizar por falta de recursos o priorización de los mismos,se ha planteado el screening mediante la realización de un TAC de tórax preoperatorio y, en su defecto, de una ecografía o de una radiografía de tórax.”
En los documentos específicos se indica de forma similar que:
- Cirugía esófago-gástrica(2): “Existen pocas dudas sobre la indicación de realizar un test preoperatorio en los casos de alto riesgo (fiebre >37,5ºC, tos, disnea o exposición a pacientes con tales síntomas o infectados), aunque algunos centros prefieren solicitar una RT-PCR y/o una TC torácica a todos los pacientes 24 horas antes de la cirugía electiva, que debe retrasarse en caso de positividad.”
- Cirugía oncológica del área hepatobiliopancreática(3): “El elevado riesgo de complicaciones postoperatorias graves, en pacientes COVID-19 positivos, puede hacer necesario diferir la cirugía y el tratamiento complementario, siempre que sea posible. Este hecho plantea la necesidad de garantizar la ausencia de infección, en los pacientes que van a someterse a cirugía y de cara a evitar contagios en el personal sanitario, se considerará necesario realizar test sistemático de determinación de la infección SAR-CoV2 a todos los pacientes candidatos a cirugía oncológica, 24 horas previas a la cirugía, siempre que sea posible y haya disponibilidad, según los protocolos establecidos. En este sentido y ante la no disponibilidad de test, el TC torácica ha mostrado incluso mayor sensibilidad que la PCR, por lo que podría ser considerado como otro instrumento de elección en la detección del COVID-19 en áreas endémicas en las 24-48h previas a la cirugía.”
Entre los documentos que aportan diferentes organismos internacionales (la “Society of Surgical Oncology” [SSO], "European Society for Medical Oncology" , el “American College of Surgeons”, el “Royal College of Surgeons” o el “Royal Australasian College of Surgeons”) encontramos este posicionamiento en un documento de consenso(5) de la SSO sobre el manejo del cáncer endocrino y de cabeza y cuello. Se indica en el documento que, si es posible, los pacientes deberían someterse a cuarentena durante dos semanas antes del procedimiento y, si las capacidades de prueba locales lo permiten, hacerse la prueba COVID-19 tan cerca del momento de la cirugía como lo permitan las capacidades de prueba locales.
También en un documento de consenso italiano (“preprint”)(6) se sugiere, en relación a la cirugía electiva del cáncer colorrectal, que, en áreas con alta tasa de infección, los pacientes que requieren cirugía deberían ser evaluados obligatoriamente para detectar la infección por COVID-19.