Los mascarillas con filtro [[filtering face pieces (ffp3), por sus siglas en inglés], protegen al usuario ya que están diseñadas para filtrar las partículas, aerosoles líquidos y patógenos presentes en el medio ambiente, impidiendo que sean inhaladas por el usuario (1,2). En función de su diseño puede ser: cónica, horizontal (pico-pato) y vertical. Según la eficacia de filtración la mascarilla es de clase 1, 2 o 3. El material filtrante está constituido por un entramado de fibras plásticas el cual retiene al contaminante.
El tipo de clase a utilizar se determina en función de la toxicidad del contaminante y de la concentración ambiental presente. En función de su eficacia filtrante (según la norma de la Unión Europea EN 149) se distinguen tres clases (1,2):
- FFP1 (eficacia de filtración 78%, concentraciones ambientales hasta 4 VLA –Valor Límite Ambiental– Baja eficacia).
- FFP2 (eficacia de filtración 92%, concentraciones ambientales hasta 12 VLA-Media eficacia).
- FFP3 (eficacia de filtración 98%, concentraciones ambientales hasta 50 VLA- Alta eficacia).
Las mascarillas pueden tener válvula de exhalación que facilita la respiración y evita la condensación; se recomiendan para largos periodos de uso. Al no filtrar el aire exhalado por el usuario, las mascarillas con válvula no se deben colocar a pacientes con procesos respiratorios infecciosos.