Según las pautas de la OMS/UNICEF, se recomienda la lactancia materna por sus beneficios hasta los dos años de edad.
Ante la controversia generada por la posible asociación entre lactancia materna (LM) y caries infantil (caries de la infancia, CDI), la Asociación Española de Pediatría, editó un documento de consenso en 2015(1), en el que se concluye, que no existe evidencia científica sobre la relación entre LM y CDI y, sin embargo, la lactancia materna tiene demostrados beneficios sobre la salud, incluida la salud bucodental.
No obstante, tras la búsqueda realizada, se han encontrado además tres Revisiones Sistemáticas (RS), un ensayo clínico (EC), una tesis doctoral (TD), y un estudio de cohortes; todos evidencian, una clara protección ante la CDI, cuando la LM se mantiene < 12 meses, pero pasado el año de edad la LM parece asociarse a un aumento del riesgo de caries.
En la primera RS(2), se estudió, la asociación entre CDI y LM vs alimentación por biberón. Se incluyeron siete estudios: cinco estudios transversales, un caso-control y un estudio de cohorte. Un metaanálisis de los estudios transversales mostró que los niños amamantados se vieron menos afectados por CDI que los niños alimentados con biberón (odds ratio [OR]: 0,43;intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,23 a 0,80). Cuatro estudios mostraron que los niños alimentados con biberón tenían más caries dental (p <0,05), mientras que tres estudios no encontraron tal asociación (p> 0,05). Se concluye que la evidencia científica indica, que la LM puede proteger contra la caries dental en la primera infancia, aunque que se necesitan más estudios de cohortes prospectivos para fortalecer dicha evidencia, ya que también se observó que en mayores de 12 meses la LM puede asociarse a un mayor riesgo de CDI.
En la segunda RS(3) , se evaluaron 63 estudios observacionales que valoraban la asociación entre la LM y el riesgo de CDI estimando que cuanto más prolongada era la LM en los 12 primeros meses se asoció con un menor riesgo de CDI en comparación con la duración más breve de LM (OR 0,5; IC 95% 0,25-0,99) en el análisis de 5 estudios. En 7 estudios se observa un mayor riesgo de CDI cuando la LM se prolonga por encima de los 12 meses (OR 1,99; IC del 95%: 1,35 a 2,95) con respecto cuando se amamanta < 12 meses; y entre los niños amamantados > 12 meses, los alimentados por la noche o con mayor frecuencia tuvieron un mayor riesgo de caries (OR 7,14; IC del 95%: 3,14 a 16,23; 5 estudios). Los autores concluyen, sin embargo, que los resultados estaban limitados por la significativa heterogeneidad de los estudios y que se necesita más investigación para comprender el mayor riesgo de caries que se observa en los niños amamantados después de los 12 meses.
En el resumen de otra RS(4), esta del año 2017, se indica que se valoraron 1 ECA y 7 estudios observacionales. Todos los estudios analizados tuvieron un alto riesgo de sesgo debido a factores de confusión que afectaron la intervención y la interpretación de los resultados. Seis estudios se calificaron como de calidad moderada (> 5 estrellas en NOS) y el resto como de calidad deficiente. Llegan a la conclusión, según el análisis realizado, de que no se puede definir con precisión el momento del destete para reducir el riesgo de CDI. Sin embargo, en presencia de incisivos maxilares, se debería recomendar que se limite la LM durante la noche y antes de las siestas diurnas y se practique el cepillado de los dientes después de una comida para evitar la posible cariogenicidad de la leche materna, en caso de reducción de la secreción de saliva durante el sueño.
En el EC(5), se evaluó el impacto de una iniciativa de promoción de LM exclusiva durante 6 meses en la CDI y la duración de la lactancia materna en niños de 5 años en Mbale, este de Uganda. Participaron 765 mujeres embarazadas que se fueron incluyendo en grupo de intervención o de atención estándar en una proporción 1:1. En el seguimiento a los 5 años, la CDI se registró utilizando el índice de dientes perdidos (dmft) de la OMS.
La duración media de LM en los grupos de intervención y control, fue de 21,8 (IC 20,7-22,9) y 21,3 (IC 20,7-21,9) meses, respectivamente. El dmft medio fue 1,5 (desviación estándar [SD] 2,9) y 1,7 (SD 2,9) en los grupos de intervención y control, respectivamente. Las estimaciones de prevalencia correspondientes de CDI fueron 38% y 41%, respectivamente.
Los autores concluyen que la promoción de la LM no tuvo impacto en CDI temprana ni a los 5 años de edad. Este estudio contribuye a la evidencia de que la promoción de la LM exclusiva no plantea problemas de salud oral. Sin embargo, la alta carga de caries exige esfuerzos para mejorar la condición de salud bucal en este contexto.
Una TD(6), acerca de la relación LM y CDI, se realizó como un estudio de casos y controles y el trabajo de campo consistió en un examen oral y un cuestionario a los padres. Aunque la naturaleza de la caries es multifactorial, en este estudio se encontró una fuerte asociación entre la LM prolongada más allá de los 12 meses y el riesgo de CDI. Y más concretamente se pudo identificar todavía más el riesgo relacionándolo con los meses transcurridos desde la erupción del primer diente (el 86% de los casos de CDI). Asimismo en este estudio se observó que el uso de biberones endulzados, práctica realizada con el 17% de niños analizados, es un factor de riesgo para la aparición de CDI. Por tanto, se recomienda en la tesis seguir fomentando al máximo la LM y la mejor forma de hacerlo es informar y educar a los padres para que puedan practicarla en condiciones seguras. El riesgo de CDI asociado a la LM prolongada se contrarresta fácilmente aplicando medidas de higiene tras las tomas.
De los 1.303 niños de la muestra, el 86,6% (1.129) tenía datos completos sobre caries dental y había respondido al cuestionario a los 5 años. La prevalencia de CDI fue de 23,9%; 542 (48%) niños tenían al menos una superficie afectada por caries . Aproximadamente la mitad de las madres de los niños estaban entre los 20 y los 29 años y tenían entre 5 y 8 años de escolaridad. Casi un cuarto de la muestra fueron amamantados durante ≥ 24 meses. Alrededor del 7% de los niños nunca había consumido azúcar, mientras que el 11% consumía azúcar a los 24, 48 y 60 meses. Casi la mitad de la muestra seguía alimentándose con biberón a los 5 años.
Aquellos niños que fueron amamantados durante ≥ 24 meses presentaron mayores niveles de CDI que los que fueron amamantados durante < 12 meses (relación media: 1,9; IC 95%: 1,5-2,4). Además, los niños amamantados durante ≥ 24 meses tuvieron un riesgo 2,4 veces mayor de CDI que los amamantados durante <12 meses (riesgo relativo: 2,4; IC 95%: 1,7 - 3,3). La LM entre los 13 y los 23 meses no tuvo efecto en la caries dental.