La vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) en mujeres diagnosticadas de condiloma acuminado genital no modifica la evolución natural del condiloma, ni evita las recidivas; aunque el papel definitivo en el tratamiento está todavía en fase de investigación. Por otra parte no supone una contraindicación y la mujer podría ser vacunada si estuviera dentro de los criterios de vacunación del VPH.
Un ensayo clínico randomizado(1) fue realizado en 320 personas diagnosticadas de verrugas genitoanales en las que se confirmó infección por VPH tipo 6 o 11. Fueron distribuidos de forma aleatoria a un grupo al que se le administró tres dosis de vacuna contra el VPH tipo 6, asociada a tratamiento tópico convencional de las verrugas y en el otro grupo se administró placebo y el tratamiento habitual. La evolución de las lesiones fue similar en los dos grupos, sin que se apreciara una mejoría en el grupo de la vacuna.
Una serie de casos publicada posteriormente (2) incluyó 6 pacientes (una mujer y 5 varones) diagnosticados de verrugas ano-genitales. La administración de tres dosis de vacuna del VPH (Gardasil) iniciada en la primera consulta, de forma simultánea al comienzo del tratamiento tópico, no evitó las recidivas, ni mejoró ostensiblemente la evolución respecto a otros pacientes. Los autores concluyeron en la necesidad de realizar ensayos clínicos randomizados bien diseñados, con aplicación de las vacunas comercializadas.
De acuerdo con la información de sumarios de evidencia(3-8):
- El condiloma acuminado indica una infección previa por el VPH, habitualmente de los serotipos 6 y/o 11.
- El tiempo medio del diagnóstico de la verruga ano-genital, después de la detección del VPH tipo 6 o 11, fue de 2,9 meses.
- Hasta el 30% de las verrugas se resuelven de forma espontánea en un período de 4 meses. La resolución visual no garantiza la erradicación de la infección por el VPH.
- Ante el diagnóstico de un condiloma acuminado vulvar se recomienda hacer una valoración diagnóstica de otras enfermedades de transmisión sexual; y realizar una inspección vaginal y cervical para descartar lesiones a ese nivel. El cribado de cáncer de cérvix, mediante citología, deberá realizarse de acuerdo a las recomendaciones del programa (edad de la mujer y controles previos).
- Las vacunas contra el VPH son efectivas en la prevención primaria de las verrugas genitales, pero su empleo una vez diagnosticado la paciente de verrugas genitoanales, no modifica la evolución, ni reduce las posibles recurrencias. El papel definitivo que pudiera tener la vacuna del VPH en el tratamiento del condiloma acuminado está en investigación actualmente.
- La presencia de verrugas genitales no contraindica la vacuna, que estaría recomendada si la mujer entra en las indicaciones de la misma (mujeres hasta 26 años de edad no vacunadas previamente) y podría proteger de una infección por otros nuevos serotipos con los que no hubiera sido infectada.
Las guías de práctica clínica revisadas(9-12) coinciden en el papel de la vacuna del VPH en la prevención primaria de las verrugas genitoanales; pero que no estarían indicadas en la prevención secundaria, ni como adyuvantes del tratamiento, en las pacientes diagnosticados de condiloma acuminado.