Se han encontrado varias Guía de Práctica Clínica, un sumario de evidencia de Uptodate y varias páginas de información a los padres que fundamentalmente hacen recomendaciones encaminadas a la seguridad del bebé durante el sueño (sobre todo durante los primeros meses de edad). También se ha hallado una revisión narrativa que señala la influencia del sueño del bebé en el futuro desarrollo cognitivo, psicomotor y del temperamento.
Una Guía de Práctica Clínica (GPC)(1) para los niños que están con lactancia materna y que duermen en la misma cama de los padres (colecho) recomienda que el personal sanitario tendría que considerar circunstancias étnicas, socioeconómicas, alimentación y otras circunstancias familiares cuándo se obtiene la historia de las prácticas de sueño del niño y no suponer que todas las familias están en disposición de dormir toda la noche, durante todas las noches. Se debe animar a los padres a pedir información y a expresar sus puntos de vista y diferencias culturales. Actualmente no hay bastante evidencia para hacer recomendaciones rutinarias en contra del "colecho". Se tendría que educar e informar a los padres sobre los riesgos y beneficios de que los lactantes duerman en la misma cama, para que tomen una decisión informada propia. La práctica de compartir cama es compleja y la orientación a los padres sobre el sueño del niño tendría que incluir la información siguiente:
- El "colecho" del lactante ha sido identificada como potencialmente insegura según opinión de expertos en cuanto a: la exposición de ambiente con humo y madre fumadora; compartir para dormir sofás, divanes o coches de paseo con otros niños; compartir con el bebé camas de agua o el uso de colchón de material blando o con espacios adyacentes que puedan atrapar al niño; colocar al bebé en la cama de adulto en decúbito prono o de lado; que el adulto con el que comparte la cama consuma alcohol o fármacos que le pueda alterar mentalmente, que el bebé comparta cama con otros niños. Los bebés (<8-14 semanas) que comparten cama pueden ser asociados más fuertemente conSíndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL).
- A las familias se les tendría que dar toda la información sabida sobre entornos del sueño seguros, incluyendo: colocación del bebé para dormir en posición supina, uso de una superficie plana y firme, evitar camas de agua, divanes, sofás, almohadas, materiales blandos o ropa de cama holgada. Nunca dejar un niño sólo en la cama del adulto ni ponerlo sobre una almohada. Informar de que las camas de los adultos tienen riesgos potenciales y no han sido diseñadas con estándares de seguridad para los bebés. Asegurarse de que no hay ningún espacio entre el colchón y cabecero, paredes y otras superficies que puedan atrapar al niño y asfixiarlo. Poner un colchón firme directamente en el piso separado de las paredes pueden ser una alternativa segura. Otra alternativa al "colecho" es el uso de una cama al lado de la del adulto que proporciona proximidad y facilita el acceso al niño. Que el bebé duerma en la misma habitación que los padres aparece como una protección contra el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)
Una GPC posterior(2) de NICE, para los cuidados postnatales del bebé (de la 2ª a la 8ª semanas), también recomienda a los padres que durante los primeros 6 meses del bebé el sitio más seguro para que duerman es una cuna en la habitación de los padres. Nunca deben dormir en un sofá o sillón con el bebé. Si los padres escogen el "colecho", aumenta el riesgo de SMSL si el padre o la madre: son fumadores; recientemente han consumido alcohol; han tomado medicación que les induzca a un sueño profundo o están muy cansados. El uso del chupete no tendría que ser interrumpido de repente.
Otras GPC(3,4) sobre los cuidados enfermeros tras el parto también hacen las mismas recomendaciones sobre el sueño del lactante en las primeras 11 semanas. Además, la segunda GPC(6) señala que los padres tendrían que ser informados sobre el SMSL y de los riesgos de dormir en “colecho”, siendo lo más seguro para el sueño de la criatura los primeros 6 meses el dormir en la misma habitación en una cuna junto a los padres, para poder abrazarlo y alimentarlo, pero evitando el riesgo de que los padres rueden durante el sueño sobre el cuerpo del bebé asfixiándolo o que el bebé quede atrapado entre la pared y la cama, o caiga de la cama y se hiera. También señala que si el bebé se ha acostumbrado, para dormir, al chupete, no debe serle retirado de repente durante las primeras 26 semanas.
Un sumario de evidencia de Uptodate(5) sobre el manejo rutinario del recién nacido, con respecto a su seguridad recomienda la posición supina del niño cuando duerme, reforzando la educación maternal y familiar respecto a esto cuando acuda a las revisiones de seguimiento tras el parto.
Con respecto al tiempo de sueño: Una revisión narrativa(6) sobre los efectos del sueño durante el primer año de vida, señala la influencia en el desarrollo cognitivo, psicomotor y del temperamento e indica que el sueño es esencial en la vida humana, por la influencia en la maduración del Sistema Nervioso Central. En el periodo de bebé recién nacido, el niño duerme 16-17 horas por día. Con 6 meses, a menudo el sueño disminuye a 13-14 horas por día, y el periodo de sueño más largo es aproximadamente una media de 6 horas. Al año de edad, el periodo de sueño más largo aproximadamente es de 8-9 horas. La revisión indica que demasiado a menudo se pasa por alto en libros populares sobre crianza, el hecho de que estos valores representan un promedio que utilizan técnicas de medidas falibles. Probablemente puede que la duración de sueño saludable puede cubrir una gama más ancha para un niño dado de noche a noche y a través de niños de la misma edad.
Varias páginas de información a los padres(7,8,9), recomendadas por MedlinePlus, sobre el sueño del bebé, confirman todas las recomendaciones anteriores.MedlinePlus(9) indica, con respecto al SMSL que las pautas de la Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics), emitidas en octubre de 2005, recomiendan lo siguiente:
- Acostar siempre a los bebés durmiendo boca arriba (incluso durante las siestas).
- Evitar que duerman de lado, que es inestable.
- Acostarlos solamente en una cuna.
- Nunca permitir que duerma en la cama con otros niños o adultos y tampoco sobre superficies diferentes a cunas (un sofá).
- Dejar que duerman en el mismo cuarto (No en la misma cama) que sus padres. En lo posible, las cunas de los bebés deben estar ubicadas en la alcoba de los padres para permitir la alimentación por la noche.
- Evitar colchones blandos. Los colchones deben ser firmes, apretados, bien ajustados y sin cobertores. Usar una manta liviana para cubrir el bebé.
- No utilizar almohadas, cobertores ni edredones.Verificar que la temperatura ambiente no esté muy caliente. El bebé no debe estar caliente al tacto.
- Ofrecer al bebé un chupete al irse a dormir. Los chupetes a la hora de la siesta y a la hora de ir a dormir pueden reducir el riesgo de SMSL. Los médicos creen que los chupetes podrían permitir que las vías respiratorias se abran más o impedir que el bebé caiga en un sueño profundo. Un bebé que se despierta más fácilmente puede salirse o abandonar una posición peligrosa. Si el bebé está lactando, es mejor esperar hasta un mes antes de ofrecerle un chupete para que no interfiera con la lactancia. No forzarle a usar chupete.
- No utilizar monitores de respiración ni productos comercializados como formas de reducir el SMSL. En el pasado, en las familias con antecedentes de este problema, se recomendaba el uso de monitores caseros para apnea (respiración), pero la investigación concluyó que no tenían efecto y su uso ha cesado en gran medida.
Otras recomendaciones de los expertos en SMSL: Mantener al bebé en un ambiente libre de humo, Amamantar al bebé si es posible: la lactancia disminuye la incidencia de algunas infecciones de las vías respiratorias altas que pueden influir en el desarrollo de SMSL, nunca dar miel a un bebé menor de 1 año, ya que ésta puede causar botulismo infantil en niños muy pequeños, enfermedad que puede estar asociada con el SMSL.
MedlinePlus finaliza señalando que hasta que la naturaleza de la enfermedad no se comprenda por completo, la prevención total no será una realidad.