Entendemos por “pool de plaquetas” a las plaquetas procedentes de diversas unidades de sangre total, es decir, la mezcla de las plaquetas correspondientes a varias donaciones para conseguir la dosis suficiente que garantice su eficacia en el tratamiento de hemorragias
Se han encontrado dos Guías de Práctica Clínica (GPC) para la administración de los componentes sanguíneos, por lo tanto de las plaquetas (PLT). Ambas hacen recomendaciones con respecto al uso de los dispositivos que controlan la velocidad de perfusión (bombas de infusión volumétricas - BIV). También se han encontrados 4 estudios que evalúan y comparan entre ellas diversas BIV para la infusión de plaquetas.
Una GPC(1) para la administración de productos sanguíneos, con respecto a los dispositivos de infusión, señala que la política local de servicios de salud es la que debe indicar si se puede utilizar la infusión volumétrica y de presión externa o los dispositivos rápidos, debiendo incluir las situaciones en las que es apropiado utilizarlos. El dispositivo debe ser validado por el fabricante y utilizarse exactamente como lo haya especificado el fabricante, que además debe demostrar que el dispositivo y modelo escogido, no provoca hemólisis o daño a las PLT, y especificar la velocidad de perfusión máxima y ajuste de presión en las que esté demostrada la seguridad.
La GPC recomienda utilizar las BIV para suministrar productos sanguíneos:
- Cuando es necesario el control del flujo en pacientes específicos (pediátricos, o en riesgo de sobrecarga de líquidos).
- Si la infusión de productos sanguíneos a través de la gravedad es poco fiable, por ejemplo por medio de catéteres centrales de inserción periférica o cánulas de pequeño calibre.
- Cuando se utilizan para la administración a través de líneas periféricas o dispositivos de acceso venoso central (DAVC).
- Si la infusión de los componentes sanguíneos es a través de una BIV, se debe incorporar un filtro de 170-200 micras. Si el filtro se añade como elemento separado, asegurarse que es compatible con el resto del equipo de trasfusión.
- El personal que maneje las BIV debe demostrar conocimiento y competencia en su uso de acuerdo con la política del servicio de salud.
- Los ajustes de bomba y volumen suministrado deben ser controlados cada hora durante la infusión.
En la GPC se ha utilizado el término "producto sanguíneo" de forma genérica para describir los componentes sanguíneos y derivados plasmáticos. Cuando se utiliza el término "componentes sanguíneos" se refiere específicamente a glóbulos rojos, plaquetas, plasma (fresco congelado, crioprecipitado, o criosobrenadante), sangre entera o granulocitos.
Otra GPC posterior(2), para la administración de los componentes sanguíneos, con respecto a los equipos de administración en adultos señala que, aunque los hay específicos para las PLT, no es esencial que se utilicen estos, pudiéndose administrar las PLT a través de un dispositivo estándar de administración de sangre. En este caso, el set de administración de plaquetas debe contener un filtro (170-200 micras) como el de administración de sangre, pero tiene un lumen más pequeño y por lo tanto un menor volumen de cebado. Las PLT no deben ser transfundidas a través de un dispositivo que haya sido utilizado anteriormente para otros componentes sanguíneos.
Con respecto a los dispositivos que controlan la velocidad de perfusión señala:
- Se pueden utilizar tanto dispositivos de infusión por gravedad o electrónicos para la administración de los componentes sanguíneos, lo que permiten una velocidad de infusión especifica y controlada.
- Se puede utilizar cuando, en poco tiempo, hay que infundir grandes volúmenes (generalmente de 6 a 30 litros/hora).
- Solo deben utilizarse si el fabricante los verifica como seguro para ello y están homologados por la CE (Comunidad Europea).
- El volumen suministrado debe ser controlado regularmente durante la infusión.
Los 4 estudios que evalúan y comparan entre ellas diversas BIV para la infusión de plaquetas:
Uno de los estudios(3) evalúa dos sistemas de BIV (Abbott Lifecare 5000 y Omniflow 4000), en cuanto al daño in vitro de las plaquetas y a la recuperación plaquetaria in vivo. Cuando se comparó con la infusión por gravedad, no hubo diferencia significativa en los niveles de descarga de LDH, liberación de beta-tromboglobulina, recuentos de células, o en la morfología de los concentrados de plaquetas tras infundir a través de ambas bombas. Cuando estas se compararon con infusión por gravedad en los pacientes oncológicos con trombocitopenia, no se observaron diferencias en el incremento del recuento corregido a las 1-4 horas o 12-24 horas después de la transfusión. Los autores concluyen que estos sistemas de infusión no dañan significativamente las PLT y que son eficaces para la transfusión de concentrados de PLT a los pacientes con trombocitopenia. Estas bombas de infusión puede ser beneficiosas tanto para pacientes pediátricos como adultos con un historial de reacciones transfusionales anteriores, cuando se precisa un control de la velocidad y del volumen de la transfusión de plaquetas.
Otro de los estudios(4) evalúa los efectos de otra bomba de infusión (IVAC 560), sobre diversos componentes de la sangre in vitro. Los autores concluyen que, aparte de una ligera hemólisis a velocidades de flujo muy bajas, esta bomba no tiene efectos perjudiciales sobre los componentes de la sangre tales como glóbulos rojos, sangre completa, concentrados de PLT y plasma fresco congelado. Así que puede ser una opción conveniente para realizar transfusiones de volumen procesado.
El siguiente estudio es un ensayo clínico aleatorizado(5) con 26 niños (2-19 años), con cáncer y trombocitopenia, que requirieron transfusión de PLT. Determina si el método de infusión influyó en la calidad de las PLT transfundidas, comparando dos bombas de infusión (IMED 980 y Géminis) frente al flujo por gravedad en infusión de PLT in vitro y la BIV Géminis versus flujo por gravedad para la transfusión de PLT en vivo. No se observaron diferencias significativas en el recuento de PLT o en su morfología a través de los tres métodos de infusión in vitro. Tampoco entre los dos métodos de infusión en el recuento de PLT o el incremento del recuento corregido en vivo. Aunque el estudio se limitó a una población de pacientes, escenario y dispositivos de infusión específicos, los resultados revelaron que las bombas fueron clínicamente aceptables, ya que no afectaron negativamente a la recuperación de las PLT. El uso de BIV para transfusiones de PLT es eficiente en tiempo y energía para las enfermeras porque las bombas ofrecen una velocidad de infusión bien controlada, la medición exacta del volumen y un sistema de alarma para el control de la infusión.
El cuarto estudio(6) investiga la calidad in vitro de los componentes sanguíneos (glóbulos rojos-GR, PLT, y concentrados de plaquetas-CPs) después del uso de BIV. Se usaron 10 BIV diferentes para simular una transfusión con eritrocitos y CPs. Para evitar diferencias dependientes de donantes múltiples las unidades se agruparon y se dividieron después en porciones iguales. El tiempo de almacenamiento de los GR fue de 30 a 35 días (n = 10 experimentos), y para los CPs, 2 (n = 5) o 7 días(n = 5). La velocidad de infusión para los GR fue de 100 o 300 ml/h, y para los CPs, 600 ml/h. Sirvió como referencia una transfusión sin BIV. Todos los sistemas de infusión tenían incorporado un filtro 200 µ. Finalmente, no se halló ningún efecto adverso en la calidad in vitro de los GR ni de los PCs después de la transfusión simulada usando BIV. Solo se observó una disminución en la activación de las PLT, que probablemente puede ser debido a la captura de PLTs activadas o dañadas en el filtro 200 µ del sistema de infusión.